Los gatos son una de las mascotas más queridas en todo el mundo. Según un estudio de una prestigiosa universidad, hay alrededor de 16 millones de felinos que forman parte de los hogares. Su personalidad única y su forma particular de comunicarse han conquistado a los seres humanos, convirtiéndolos en compañeros leales y enigmáticos.
Sin embargo, quienes conviven con gatos saben que su comportamiento puede ser impredecible. Una simple caricia inesperada puede provocar un arañazo o un mordisco, y si accidentalmente se pisa su cola o se les deja solos por mucho tiempo, pueden reaccionar con desdén o aparente enojo. Ante estas actitudes, muchos tutores de gatos se preguntan: ¿es posible que los felinos guarden rencor?
¿Los gatos realmente tienen la capacidad de guardar rencor?
El concepto de rencor en los animales no es el mismo que en los humanos. Mientras que las personas pueden alimentar resentimientos a lo largo del tiempo de manera consciente, en los gatos el proceso es más instintivo y está ligado a la memoria asociativa.
Según expertos en comportamiento felino, los gatos tienen una gran capacidad para recordar experiencias negativas y asociarlas con elementos específicos del entorno. Sonidos, olores y personas presentes en ese momento pueden convertirse en desencadenantes de una respuesta negativa en el futuro. Esto explica por qué un gato puede evitar a alguien que lo haya asustado o reaccionar con desconfianza ante ciertos estímulos.
Un estudio publicado en una revista especializada en etología animal señala que los gatos pueden mantener recuerdos de experiencias desagradables durante meses, lo que podría interpretarse como una forma de «rencor». No obstante, más que resentimiento, se trata de un mecanismo de defensa que los ayuda a evitar situaciones que consideran amenazantes.
¿Cómo recuperar la confianza de un gato si parece estar molesto?
Si un gato muestra signos de desconfianza o evita a su tutor tras una experiencia negativa, es fundamental tener paciencia y emplear estrategias para restablecer el vínculo. Los especialistas recomiendan:
Identificar la causa: Observar qué pudo haber generado la reacción negativa en el gato, como un ruido fuerte, una manipulación brusca o un cambio en su entorno.
Respetar su espacio: Forzar el contacto puede empeorar la situación. Es mejor darle tiempo para que se sienta seguro nuevamente.
Asociaciones positivas: Utilizar recompensas como su comida favorita, juguetes interactivos y caricias en los momentos adecuados ayuda a reforzar una relación de confianza.
Evitar repeticiones del estímulo negativo: Si un olor, prenda de vestir o determinado sonido está asociado con una mala experiencia, intentar reducir su presencia en el ambiente.
En casos donde el comportamiento negativo persiste y el gato muestra signos de estrés prolongado, lo ideal es acudir a un etólogo o especialista en comportamiento felino. Con la orientación adecuada, es posible ayudar al gato a superar experiencias pasadas y fortalecer la relación con su tutor.