Desde restaurar la visión hasta comunicarnos sin palabras. Las recientes marcas comerciales de Neuralink muestran una apuesta decidida por mejorar radicalmente la calidad de vida humana mediante la tecnología cerebral más avanzada. ¿Hasta dónde llegará la revolución cerebral de Musk?
La empresa Neuralink, fundada por Elon Musk, ha dado pasos claves para avanzar en sus ambiciosos planos tecnológicos. Ante la Oficina de Patentes y Marcas Registradas de Estados Unidos (USPTO, por sus siglas en inglés), la compañía presentó a principios de marzo solicitudes de registro para las denominaciones «Telepathy» y «Telekinesis». Estos registros han sido realizados bajo la modalidad de intención de uso (intent-to-use), lo que indica que Neuralink trabaja activamente en el desarrollo de productos relacionados con estas innovadoras tecnologías.
La solicitud de marca «Telepathy», registrada con el número de serie estadounidense 99063908, especifica claramente su propósito: sería utilizada para identificar una interfaz cerebro-computadora (brain-computer interface, BCI en inglés) implantable. El objetivo de esta tecnología es facilitar la comunicación y el control mental directo sobre hardware y software, permitiendo a los usuarios manejar dispositivos tecnológicos únicamente con su pensamiento.
Esta propuesta coincide con la visión previamente difundida por Musk y su equipo sobre el primer producto comercial de Neuralink, orientado inicialmente a asistir a personas afectadas por parálisis severas. A través de señales neuronales recogidas mediante implantes cerebrales—conocidos como «Link»—y diversas matrices de electrodos, el sistema propuesto podría traducir estas señales en instrucciones precisas para controlar ordenadores, teléfonos móviles y otros equipos electrónicos mediante el pensamiento.
A largo plazo, la ambición de Neuralink es incluso más audaz: no se limitaría únicamente a quienes padecen discapacidad motriz, sino que podría permitir una verdadera «telepatía cerebral» en términos científicos: una comunicación directa entre mentes humanas equipadas con estos implantes avanzados.
«Telequinesis»: control mental sobre objetos
La segunda marca, «Telekinesis», también registrada por Neuralink, sugiere desarrollos igualmente sorprendentes. Aunque los detalles específicos aún permanecen reservados, la presentación de esta marca indica que la compañía está explorando maneras de permitir a sus usuarios controlar básicamente objetos externos con su mente.
Este potencial avance tecnológico no solo beneficiaría a personas con limitaciones físicas, sino que también podría revolucionar áreas como la robótica, las aplicaciones industriales y la automatización doméstica, ampliando considerablemente los límites actuales de interacción humana con el mundo que los rodea.
Además de estas dos marcas principales, Neuralink también ha solicitado el registro de la denominación Blindsight. Esta patente estaría destinada al desarrollo tecnológico orientado a recuperar, reforzar o reemplazar la visión humana en individuos con pérdida de vista parcial o total. Esto revela una clara intención de expandir el enfoque inicial de Neuralink—centrado en asistencia a personas con parálisis—hacia otras áreas neurológicas críticas.
Ensayos experimentales en humanos
Desde enero de 2024, Neuralink lleva adelante estudios preliminares con pacientes humanos. El primer participante, Noland Arbaugh, se sometió a la implantación experimental el año pasado, y actualmente se suman tres individuos con parálisis que forman parte de este estudio inicial para evaluar la seguridad y funcionalidad básica del programa de Neuralink.
Estos experimentos preliminares son pasos críticos hacia la validación clínica y la eventual comercialización de sus tecnologías, posicionando a Neuralink en una etapa clave de madurez investigativa y desarrollo tecnológico.
Y hay algo más profundo: estos registros representan mucho más que simples marcas comerciales, ya que reflejan la profunda y audaz visión futurista de Neuralink: expandir las capacidades humanas mediante el uso avanzado de tecnologías invasivas cerebrales.
El alcance y el impacto potencial de estas innovaciones mantendrán la atención científica y pública en los próximos años, mientras la compañía sigue explorando los límites tecnológicos del cerebro humano y su interacción directa con las máquinas.