Luis Salinas acaba de publicar una obra de sesgo monumental. Cinco discos que recogen (de distintas maneras, todos a su propia manera) los últimos nueve años de su vida bajo el título de Hay que seguir.
Trashumante guitarrista de aspecto gitano y punteos vertiginosos, hábil para lanzarse al ruedo de cualquier género musical y salir muy bien parado, Luis va a estar presentando estos cinco trabajos en dos días consecutivos, 14 y 15 de marzo, en el escenario del remozado Teatro Presidente Alvear,
Guitarra y pizza en mano
Acomodado en un sillón del Novotel de Buenos Aires, con una porción de pizza en la mano derecha y su infaltable guitarra acurrucada sobre el regazo, Salinas despliega esa consabida humildad y bonhomía junto con un hambre acumulada por muchas horas de entrevistas. Al artista se le perdona todo.
-Recuerdo una cita del Cyrano de Bergerac que dice algo así como “érase un hombre a una nariz pegado”. Acá hay un hombre pegado a una guitarra, parece.
– Es que ésa es la manera de tocar bien. La guitarra está ahí, tiene que estar fuera del estuche. Una vez un tipo me dijo, «¿La vas a dejar fuera del estuche?, se arruina”. ¡No, nada que ver! Tiene que estar fuera del estuche porque yo no toco por tocar. Tampoco se hace el amor por hacer. Y a cierta edad menos.
La guitarra está ahí y cuando siento ganas de tocar, o de estudiar, tiene que estar al alcance de la mano. Si tengo una cita de cualquier tipo y agarro la guitarra, ¡seguro que llego tarde!.
-Sos reconocido por el sentimiento que le ponés a tus tocadas ytambién por la velocidad de tus dedos. ¿No tiene algo de exhibición tocar tanto y tan rápido?
-Lo importante es la sinceridad, porque podés decir la verdad con muchas notas o con pocas. Lo importante es que sea verdad, y no una pretensión, que no sea “mirá como toco”. Es como una charla: hay gente que habla más rápido, gente que habla más pausado y otros que dicen pocas cosas, pero siempre tiene que estar la verdad. En la música me parece que es lo mismo.
Hijos músicos
En una movida musical y artística impensada para los tiempos actuales, donde se premia lo escueto, lo urgente y muchas veces aquello vacío de contenido, estos cinco álbumes publicados por Luis Salinas (con producción ejecutiva de Alejandro Pont Lezica) contienen canciones propias y por supuesto estándares interpretados con sutileza, buen gusto y una fuerte dosis de sentimiento.
Luis pasa del jazz al tango y al folklore. Hay bossa nova; e incluso algún leit-motiv de grandes películas. Más que nunca antes, el guitarrista se animó a cantar y antes que con técnica lo hace desde la calidez y el corazón.
-Te escuché varias veces decir que no creés en la Iglesia, pero que creés mucho en Dios. ¿De dónde te viene esa creencia?
-Difícil de explicarte. Muy difícil, porque, bueno… nací en Monte Grande y me crié en Villa Diamante, comía comida del suelo y había situaciones de miseria, de pobreza. ¡Hubo una inundación que el agua nos llegaba por acá (se señala la cintura), entre tantas otras cosas!
Cuando analizo todo eso y todo lo que me pasó después con la música, que ha superado cualquier sueño que haya tenido… tener las amistades que he tenido, haber tocado con tantos grandes y todos los lugares adonde he viajado, soy una persona agradecida. La única explicación que encuentro es la presencia de Dios.
-Encima te salieron dos hijos musiqueros: Juan es guitarrista como vos, y Rita es cantante.
-¡Pero claro!. Mi hermana me dice el otro día, «¿Te diste cuenta que vos tenés tanto amor a la guitarra, a la música, que Dios te regaló dos hijos como los que tenés, que cantan y tocan?”. Ellos tocan conmigo en uno de esos cinco discos.
-¿Nunca los presionaste para que fueran músicos?
-No. Simplemente pasó y lo disfruto con mucha felicidad. Por eso estos discos son los más importantes. Porque están ellos dos. Y porque ahí está mi carrera, lo que es ahora y lo que va a venir, que son mis hijos. Entonces tiene una carga especial
-Se entiende bien que seas una persona agradecida.
-Yo me despierto en la mañana, y siempre le pido a Dios salud para la familia, el amor en todas sus formas y trabajo. Con eso ya está. Cuando me voy a acostar hago lo mismo. Porque siempre hay que agradecer, ¿no?. Disfrutar lo que hay y no sufrir tanto con lo que no hay.
Si vos sufrís todo el tiempo con lo que no hay, sos muy injusto con lo que tenés. No hay que entrar en la competencia ni en la envidia. La envidia es como un moho que te va consumiendo, se apodera de vos y ya no podés disfrutar nada, pues siempre hay alguien que toca mejor, hay alguien que tiene más que vos. ¿Cómo vas a vivir la vida sufriéndola?
Un álbum dedicado a su ex esposa
-¿Cómo surgió el tema Hay que seguir, que está dedicado a Silvia, tu ex esposa?
-Se nos fue la mamá de Juan, y fue algo completamente inesperado, muy duro. Me es muy difícil hablar de ese tema, me cuesta. Yo ya no estaba con ella, pero fue un gran amor en mi vida. Imaginate, una madre extraordinaria, un ser de luz, un ser armonizador. Eso incluso me trajo algún conflicto con Dios…
El dolor fue tan grande que bueno, quedó ahí, y un día estando en mi casa, agarré la viola y me salió la canción con un poquitito de letra y cada vez le agregaba algo más: “Busco el camino para seguir viviendo, pensando en vos” (canta). Cuando grabamos el disco, fue uno de los últimos temas que tocamos. Tan fuerte que sentimos que la habíamos traído al estudio a ella.
-Es una canción hermosa. Y curiosamente larga: dura más de diez minutos.
-Dura mucho porque no queríamos que se fuera. Era como que ella estaba en el estudio y no podíamos parar de tocar porque no queríamos que se termine ese momento.
-¿Cuántas veces tuviste que seguir a pesar del dolor?
-Uh, siempre. Soy un viejo peleador de toda la vida. Siempre me tocó pelearla. Pero en un punto me gusta aceptar el desafío. No sé si estaría bien sentado en mi casa sin hacer nada y esperando. Siempre me gusta encarar y darle para adelante. Por eso, cuando se logran las cosas la felicidad es doble. La satisfacción de que lo pudiste hacer.
-Sos un buen ejemplo para tus hijos
-No lo sé, puede ser. Cuando estábamos cantando y tocando y grabando los tres, sentí que esto era lo más importante de mi carrera. Es una emoción tan grande que es muy difícil de explicártela con palabras. Tengo 63 años y ellos son la vida.
Ellos son la fortaleza, son el motivo de que mire para adelante, que yo trate de ser el mejor Salinas posible. Por ellos, porque querés ser un ejemplo. Y te están mirando, miran lo que hacés, no lo que decís.
Tocar con B.B. King
En el récord impecable de Luis Salinas resaltan varias cimas artísticas. Como por ejemplo el haber tocado con grandes figuras internacionales del calibre de George Benson, Hermeto Pascoal, el flamenco Tomatito y el jazzero Scott Henderson.
En el plano local cruzó su guitarra con Horacio Salgán, Jaime Torres, Adolfo Ábalos y el peruano Lucho González. Salinas es un todo terreno que no se arredra ante nadie. Ni siquiera ante B.B. King, El Rey del Blues.
-Siempre me resultó curioso que se hable tanto de cuando Pappo tocó con B.B. King, pero vos también tocaste con él y no se habló tanto. ¿Cómo lo conociste?
-Eso se dio a través de la discográfica. Yo grababa para un sello que es GRP, y un día los del sello me preguntan si me gustaría tocar con B.B. King. Les dije, «¿Qué te parece, no?», y después dije, «Pero sólo si a él le gusta, hay que preguntarle a él,”. Y me mintieron: dijeron que él estaba fascinado con mi música, y yo entré como un caballo.
El primer concierto era en Río de Janeiro, así que de golpe estaba en el Cristo Redentor y pensaba, «“Dentro de dos horas voy a estar probando sonido con B.B. King”. No lo podía creer, era más fuerte que cualquier cosa que me había pasado y estaba solo, ¡no tenía con quién hablar!
-Increíble.
-Entonces llego una hora antes y me encuentro con su baterista, con quien habíamos tocado juntos en una zapada. Me dice «Hola Luis» y pensé «Bueno, ya no estoy tan solo». Llega el Maestro y por supuesto no sabía quién era yo La gente del sello le dio el disco Salinas y King dijo, «Bueno, si lo produce Tommy LiPuma debe tocar bien”.
Tommy LiPuma fue un productor musical estadounidense que en su larga carrera trabajó para músicos tan importantes como Miles Davis, Paul McCartney, Diana Krall y George Benson. Fue nominado 33 veces para los premios Grammy y ganó varios de ellos. Fue el presidente de la productora y sello discográfico Verve Music. Falleció el lunes 13 de marzo de 2017, y dejó un legado inigualable. ¡No tenías padrino, Luis!
Cuenta Salinas: «B.B. King me dice, ‘Vamos a tocar el último tema y si le gusta a la gente seguimos’.. ¡Mi mano derecha no paraba de temblar, tenía unos nervios…! Pero cuando llegó el momento y empecé a caminar para donde estaba él, sentí como un duende que estaba al lado mío que me decía, «Tranquilo, que por algo estás acá”. Como si hubiera alguien a mi lado hablándome
-¿Como una presencia?
-Sí. hubo dos consejos que me dio mi viejo que fueron claves en ese momento. Me decía, «No des el pasito adelante. Quédate ahí cuando te inviten a algún lugar a tocar. No des el paso adelante para triunfar usando el grupo, usando la gente que vino a ver a lo otro. Y hacé una vuelta de solo, nada más”. Y eso es lo que hice. A B.B. le encantó y tocamos cinco temas.
Terminamos y me fui al fondo donde estaba el batero, mi amigo, Y el Maestro me fue a buscar, me agarró de la mano y me hizo saludar juntosl. Después me fui al camarín a llorar. No podía creer lo que me estaba pasando, estaba fuera de cualquier sueño que podía tener. Después vinimos para acá a tocar en el Gran Rex y estaba invitado Pappo, una experiencia tremenda. Cualquier cosa que te diga es más chiquita de lo que me pasó.
Grandes guitarristas
-Nombramos a Pappo y hace poco se cumplieron 75 años de su nacimiento, ¿quién era para vos Pappo?
-Pappo era el guerrero máximo del rock y del blues. Eso dije cuando me preguntaron sobre él al otro día de su muerte. Ya con su sola presencia, su manera de agarrar la guitarra, era un gran artista. El artista nace. El tipo se paraba en el escenario y ya está. Porque tenía esa cosa estelar que te da Dios, que dice, «Este sí, éste no, éste más o menos”. Es así de cruel. Y los que tienen eso están bendecidos, es un don.
-Te tiro un par de nombres de guitarristas argentinos y vos decime qué te mueven.
-¡Dale!
-Oscar Alemán.
-Nunca escuché un guitarrista como él. Y esto te va a encantar. Tomo un taxi, la otra noche. Estoy con mi guitarra y el chofer me dice, «¿Guitarrista?, yo toqué con el más grande de los guitarristas, con Oscar Alemán”. Casi me muero, El tipo había sido baterista suyo. Entonces le pregunté cómo hacía para tocar con él, y me contó que Alemán le decía: «Vos seguime el piecito» . Porque el pie de Oscar Alemán siempre estaba con swing.
-¿Cacho Tirao?
-Cacho era de otro mundo. En Monte Grande había un teatrito y un día un amigo me dice, «Che, va a venir un guitarrista que toca todas las guitarras. Vamos a verlo”. Yo no sabía quién era. Entramos y el tipo estaba rodeado de guitarras . Las tocó todas, se tocó todo y quedé alucinado.
Después, el tiempo me regaló la posibilidad de conocerlo. Cacho me grabó una milonga que se llama La Milonguera. Era una de las mejores personas del ambiente, además. Porque sabiendo lo que sabía, tenía una sencillez y una humildad que a mí me mataba. Un tipo que hizo mucho por la guitarra.
-Guitarristas buenos hay tantos que podemos hablar un mes seguido, pero a vos ¿qué te distingue?
-Si, hay gente que decís «¿De dónde salieron?». Por ejemplo Eduardo Falú, Di Fulvio, Ubaldo de Lío, Roberto Grela… unas bestias. Lo importante para mi es la impronta, la personalidad.
Yo le decía a Juan, a mi hijo: «Vos tenés que tratar de ser vos porque está bueno escuchar a todos, sacar a todos, pero después tratá de ser vos porque es más fácil. Y cuando sos vos, hay gente que les va a gustar y hay gente que no. Pero tenés que tomar ese riesgo. Lo importante es que seas honesto, que seas sincero. Y la originalidad está dentro, no está en la cabeza». Cuando sale de adentro se nota..
-¿Te gusta la nueva música urbana?
-No tengo opinión porque no he escuchado mucho. No me gusta hablar cuando no escuché. Pero el nuestro es un país de mucha música, de mucho talento. Y siguen apareciendo músicos que tocan esto o aquello.
Mira, una vez estaba en el bar La Academia y apareció un tipo a tocarme sus canciones, así ,en la mesa. Con una emoción tremenda lo hacía. ¿Sabes quién era? Rodrigo, El Potro. Me mostró todos esos temas que después fueron re famosos. Yo le creí todo porque era genuino. Así que no importa el estilo de música que estés tocando, si es urbano o no es urbano o es rock. Importa que sea verdad.
-Para terminar, ¿cómo van a ser tus shows de los días 14 y 15 en el Alvear?
-Vamos a presentar los cinco discos enteros, lo más cercano posible a como fueron grabados. En otros lados, como en Córdoba y Rosario, quizás vayamos a tocar un resumen del disco. O sea que acá serán dos shows distintos. Y con varias formaciones sobre el escenario. Va a ser un muy lindo momento.