Comentario de Invisible, dinámica relectura de un clásico por la Comedia Infanto Juvenil

Invisible, una versión libre de El nuevo traje del emperador, el cuento de Hans Christian Andersen, es una invitación a reír y disfrutar de ver nuevamente, pero de una forma diferente, una de las historias más contadas. Con algunos cambios y un giro final inesperado, la obra que presenta la Comedia Infanto Juvenil logra sorprender y renovar la mirada sobre el relato original.

En un formato pensado para una sala pequeña, donde se pueden apreciar los elementos y seguir de cerca cada gesto de los actores, la experiencia de la cercanía se agradece.

El espectáculo combina el buen ritmo, la potencia de dos excelentes actores (Xavier del Barco, Pedro Parolini) y una dramaturgia donde priman el humor y la alegría. Desde el inicio, la obra establece un fuerte vínculo con el público.

Dos hombres entran a limpiar el teatro; sí, están barriendo el escenario mientras la sala los observa en silencio. Van y vienen hasta que, de repente, ¡pum!, se chocan. Este primer gesto desata una serie de reacciones cómicas que cautivan nuestra atención.

Pronto, los espectadores somos parte del juego: “¿Ustedes aún no vieron nada?”, nos preguntan. Y no, aún no hemos visto nada. Pero estamos en el teatro y queremos ver. Así se sella el pacto de ficción: ellos serán nuestros actores y no nos dejarán con las ganas de ver teatro.

Vestidos con mamelucos de ordenanzas, uno rojo y otro blanco, los personajes se diferencian por su personalidad pero se complementan perfectamente. A medida que avanza la historia, incorporan vestuario y utilería que permiten la aparición de otros personajes.

Sin embargo, se enfrentan a desafíos inesperados, lo que da lugar a una serie de secuencias desopilantes que provocan la risa, especialmente entre los espectadores más pequeños.

Invisible, de la Comedia Infanto Juvenil.

El tema del cuento

Hans Christian Andersen, es también el autor de La sirenita, El patito feo y La niña de los fósforos. Su cuento El nuevo traje del emperador ha sido adaptado en múltiples obras teatrales. Un emperador vanidoso es engañado por dos pícaros que se hacen pasar por costureros. Lo convencen de que pueden tejerle un traje con una tela tan maravillosa que sólo los inteligentes pueden ver.

Acá nuestros actores se lucen desplegando el trabajo vocal y gestual que los transforma por completo en los estafadores de hilo y aguja.

La tela no existe, pero nadie ni el propio emperador se atreve a asumir que no la ve. Sin embargo, la propuesta teatral introduce matices en esta parte logrando un equilibrio en el relato y poniendo de relieve la importancia de la honestidad ante el qué dirán.

Mientras tanto, otros alaban la tela y la confección, entregándoles todo lo que los falsos sastres piden. Finalmente llega el día en que el emperador mostrará ante el pueblo su nuevo traje.

La gente se deshace en elogios y alabanzas, hasta que, un niño grita que el emperador va desnudo. Si bien el emperador y todos caen en la cuenta del engaño, sigue desfilando con paso majestuoso. El niño que señala la desnudez del rey representa la inocencia y la mirada libre de condicionamientos sociales.

Invisible, de la Comedia Infanto Juvenil.

Esto se conecta con la idea filosófica sobre la necesidad de pensar por uno mismo. Entre otras, la moraleja del cuento de Andersen es sin duda una mirada crítica al poder, la vanidad, señalando la hipocresía y la cobardía. Invisible propone una versión que además es esperanzadora.

El final no lo vamos a revelar, pero sugerimos estar muy atentos. Por último, recomendamos leer el cuento antes o después de ir al teatro con los espectadores más nóveles: cuanto más se conozca de la historia más se disfrutará la obra y su nueva mirada.

Para ver

Domingos 23 y 30 de marzo, a las 17, en la Sala Azucena Carmona, teatro Real (San Jerónimo 66). Edad recomendada: + de 7 años. Duración: 45 minutos. Entradas: $ 4.000. Disponibles en autoentrada.com y en boletería del teatro

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