Un estudio demuestra que las células moribundas desempeñan un papel vital e inesperado en la curación: en el proceso de necrosis o muerte celular prematura, algunas células que parecen «agotadas» y listas para morir envían sorpresivamente señales que estimulan el crecimiento celular en partes más sanas del tejido, iniciando un proceso de regeneración.
Investigadores de la Universidad Estatal de Arizona, en Estados Unidos, han descubierto un mecanismo inesperado mediante el cual las células necrosadas, que son células que han muerto de forma accidental o no programada, contribuyen a la regeneración de tejidos en el organismo.
Este hallazgo, que se resume en un estudio publicado en la revista eLife, sugiere que las células que mueren prematuramente debido a lesiones o enfermedades no solo desencadenan respuestas inflamatorias, sino que también envían señales que promueven la reparación tisular.
Recuperación sorpresiva
La muerte celular es un proceso natural en el desarrollo y mantenimiento del cuerpo. Mientras que la apoptosis es una forma programada de muerte celular que ocurre de manera ordenada, la necrosis resulta de daños agudos que provocan la ruptura de la membrana celular y la liberación de su contenido en el entorno circundante, causando inflamación.
El equipo de investigación, liderado por Robin Harris, utilizó el disco imaginal del ala de la mosca de la fruta (Drosophila melanogaster) como modelo para estudiar este fenómeno. Estos discos son grupos de células en las larvas que eventualmente se desarrollan en estructuras adultas, como las alas.
Según una nota de prensa, el laboratorio de Harris había desarrollado un método para estudiar la regeneración inducida por necrosis en estos discos en estudios previos, y había identificado un proceso denominado Apoptosis Inducida por Necrosis (NIA, por sus siglas en inglés). En este proceso, las células necrosadas envían señales a células distantes, induciendo la activación de caspasas, enzimas clave que facilitan la regeneración.
Nuevas estrategias terapéuticas
En su estudio más reciente, los investigadores realizaron una serie de experimentos con líneas genéticamente modificadas de Drosophila para comprender mejor la formación y regulación de NIA, así como su papel en la regeneración tisular tras una lesión. Descubrieron que la necrosis en diferentes áreas del disco imaginal del ala desencadena NIA en regiones específicas, indicando una comunicación intercelular compleja que coordina la respuesta regenerativa.
Estos hallazgos sugieren que las células necrosadas desempeñan un papel activo en la señalización para la regeneración de tejidos, más allá de simplemente provocar inflamación. Comprender este mecanismo podría tener implicaciones significativas para el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas, dirigidas a mejorar la reparación de tejidos y el tratamiento de lesiones.
Este estudio se suma a una creciente evidencia que destaca la importancia de las interacciones celulares en la regeneración. El descubrimiento del papel de las células necrosadas en la señalización para la regeneración abre nuevas vías para explorar terapias que aprovechen estos mecanismos naturales, potencialmente mejorando la capacidad del cuerpo para reparar daños y regenerar tejidos de manera más eficiente.