La Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente ha incorporado el uso de drones en la actividad de los Agentes de Medio Ambiente como «herramienta fundamental para reforzar la vigilancia y custodia del territorio y avanzar en la tecnificación del colectivo».
Esta medida supone un «salto cualitativo» en la mejora del servicio público que prestan estos profesionales al patrimonio natural y a la ciudadanía andaluza, según detalla la Consejería en una nota.
La Unidad de drones, integrada por Agentes de Medio Ambiente especializados en el manejo de estas aeronaves, comenzó a operar en 2022 y ha ido consolidándose a lo largo de 2024 y 2025. Los agentes que la conforman han adquirido la formación y capacitación necesarias para el uso profesional de drones en el desarrollo de sus funciones.
Hasta la fecha, contaban con el certificado de Operador EASA, que permite trabajar con aeronaves cuyo diseño ha sido aprobado por la Agencia Europea de Seguridad Aérea y que se rige por el Reglamento 2018/1139.
Este primer nivel de operativa ha sido clave en el proceso de iniciación y formación del colectivo, permitiendo «mejorar sus destrezas, consolidar la Unidad y aplicar el uso de drones a tareas fundamentales como el seguimiento de trabajos realizados en el medio natural, el control de expedientes administrativos sobre el terreno, o el seguimiento de censos de fauna y del estado de la vegetación».
No obstante, y «fruto de la experiencia» adquirida en los servicios realizados, ha sido necesario «ampliar las capacidades operativas para poder llevar a cabo con mayor eficacia las labores propias de la policía administrativa que desarrollan los Agentes de Medio Ambiente».
Formación de los agentes
Por ello, la Consejería ha impulsado la obtención del Certificado No EASA, que autoriza el uso de aeronaves excluidas de la normativa comunitaria, como las que se emplean en operaciones militares, patrulleras o de vigilancia policial. Estas operaciones son «especialmente adecuadas» para el desarrollo de funciones de control ambiental y vigilancia del territorio.
La obtención de este certificado permite a los agentes «incorporar nuevas capacidades» a su actividad diaria, como el apoyo en situaciones de emergencia –incluyendo incendios forestales, inundaciones o la búsqueda de personas desaparecidas–, ampliando de «forma notable el alcance de sus intervenciones y mejorando su capacidad de respuesta».
Este avance forma parte de una estrategia más amplia de modernización del colectivo, en la que las tecnologías de la información, la digitalización y la automatización de procesos juegan un papel central.
Estas herramientas facilitan la gestión y el análisis de datos ambientales, agilizan las tareas administrativas y permiten el acceso a soluciones avanzadas desde cualquier punto, algo esencial para unos profesionales que desarrollan buena parte de su trabajo en entornos naturales.
La labor de los Agentes de Medio Ambiente resulta «esencial para preservar y conservar el rico patrimonio natural andaluz, así como los espacios forestales y la biodiversidad que lo componen». Su progresiva tecnificación, impulsada desde la Consejería, «refuerza su papel como garantes de un medio ambiente protegido, gestionado con rigor y al servicio del conjunto de la sociedad andaluza».