Las 5 razas de perros que se destacan por ser desobedientes

Para muchas personas, los perros son verdaderos reyes del hogar: compañeros fieles, mimados a toda hora y tratados como un integrante más de la familia. Su presencia llena de alegría cada rincón de la casa. Sin embargo, esa armonía puede verse desafiada cuando el perro comienza a romper objetos, desobedecer órdenes o mostrar una energía difícil de controlar. Es en esos momentos cuando algunos tutores se preguntan si adoptaron al perro adecuado para su estilo de vida.

Pero cuidado: que un perro sea considerado “desobediente” no significa que sea malo o agresivo. Tampoco quiere decir que no pueda convivir en armonía con una familia. Simplemente, hay razas que requieren más tiempo, paciencia y constancia en su educación, y por eso es fundamental conocer sus características antes de tomar la decisión de adoptarlas.

¿Qué significa que un perro sea “desobediente”?

Según el psicólogo canino Stanley Coren, autor del libro La inteligencia de los perros, hay razas que procesan con más dificultad las órdenes humanas. Esto no implica que sean menos inteligentes, sino que su estructura mental, su temperamento o su necesidad de autonomía hacen que necesiten más esfuerzo para lograr un buen adiestramiento.

Además, muchas de estas razas presentan altos niveles de energía, independencia o una atención dispersa, lo que puede dificultar la obediencia si no reciben el estímulo adecuado. Si sos una persona con poca paciencia, tiempos limitados o tendencia a frustrarte fácilmente, puede que estas razas no sean las más adecuadas para vos.

Las razas de perros más desafiantes a la hora de obedecer

A continuación, te presentamos algunas razas que suelen figurar entre las más “desobedientes” según distintos estudios y especialistas. Con ellas, el adiestramiento debe comenzar desde una edad temprana, ser constante y estar basado en refuerzos positivos.

1. Chow Chow

Con su apariencia de oso de peluche y su melena esponjosa, el Chow Chow puede parecer un compañero ideal. Sin embargo, esta raza se caracteriza por una fuerte independencia y una actitud reservada. No tolera bien las órdenes autoritarias y suele cuestionar los límites impuestos. Se recomienda para personas con experiencia en manejo canino y mucha constancia.

2. Welsh Terrier

Enérgico, vivaz y siempre listo para la acción, el Welsh Terrier es un perro con una gran necesidad de estímulos físicos y mentales. Su hiperactividad puede hacer que pierda el foco rápidamente y le cueste seguir indicaciones. Sin una rutina de ejercicio intensa, puede canalizar su energía de forma destructiva.

3. Chihuahua

Aunque pequeños y adorables, los Chihuahuas tienen una personalidad fuerte y desafiante. Al ser muy consentidos por sus tutores debido a su tamaño, pueden desarrollar conductas caprichosas y volverse desobedientes si no se les marca límites claros desde cachorros. Son muy inteligentes, pero su atención es fugaz.

4. Shiba Inu

El Shiba Inu es una raza originaria de Japón conocida por su carácter independiente y su fuerte instinto explorador. Les cuesta seguir órdenes de forma automática, ya que tienden a tomar decisiones por sí mismos. Necesitan conocer y controlar su entorno, lo que puede hacer que desafíen constantemente a sus tutores.

5. Bulldog inglés

Los Bulldog ingleses tienen una apariencia tranquila, pero su terquedad es bien conocida. Su dificultad para asociar comandos verbales con acciones concretas, sumada a una limitada motivación, hace que requieran más trabajo en el adiestramiento. Sin embargo, con refuerzo positivo y mucha paciencia, pueden aprender a responder de forma adecuada.

Una cuestión de compatibilidad, no de obediencia

Es importante recordar que ningún perro es “malo” por naturaleza. El comportamiento de una mascota está influido por su genética, pero también por la crianza, el entorno y el vínculo con sus cuidadores. Las razas más “difíciles” pueden convertirse en compañeros increíbles si se las entiende, respeta y educa con amor y coherencia.

Antes de adoptar, informate bien sobre las características de cada raza y evaluá si estás en condiciones de ofrecerle el tiempo, el espacio y el compromiso que necesita. La clave para una buena convivencia no es la obediencia perfecta, sino la conexión y el respeto mutuo.

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