Nuestra lista de títulos destacados entre todos los que este mes llegan a las plataformas de ‘streaming’ incluye, entre varias otras cosas, una película biográfica sobre el alcoholismo y otra sobre una de las obras musicales más célebres de todos los tiempos, cine de acción coreano y cine de acción animado -y protagonizado por un viejo conocido en el mundo de los monstruos cinematográficos-, una sátira contra los asquerosamente ricos, una reivindicación de quienes trabajan en servicios telefónicos de emergencia y varios retratos de relaciones familiares disfuncionales.
Si las sátiras televisivas y cinematográficas contra los ricos están experimentando un auge es en buena medida gracias a Jesse Armstrong, en su día creador de la serie ‘Succession’ y que sigue tirando de ese hilo temático en su nuevo trabajo. La película observa a cuatro individuos increíblemente adinerados que se juntan en una lujosa finca en las montañas de Utah mientras explota una crisis internacional, y funciona a modo de crítica furiosa a todos esos capos tecnológicos que destruyen nuestra sociedad para aumentar sus ganancias. Si ‘Succession’ fue un drama mordaz pero a menudo también hilarante, ‘Mountainhead’ se disfraza de comedia para ponernos un nudo en la garganta.
La trayectoria en Hollywood del neozelandés Lee Tamahori ha sido de lo más irregular, e incluye fiascos como el ‘actioner’ ‘xXx2: Estado de emergencia’ (2005), la fantasía ‘Next’ (2005), protagonizada por Nicolas Cage, y una de las películas del agente 007 más olvidables de los últimos tiempos, ‘Muere otro día’ (2002). Rodado en su tierra natal, su primer largometraje en casi una década es un drama histórico ambientado en el siglo XIX y protagonizado por un predicador laico (Guy Pearce) que viaja a Nueva Zelanda para extender su palabra en un asentamiento británico, y que se ve atrapado en una guerra entre tribus maoríes.
Primera incursión del universo ‘Predator’ en el ámbito de la animación, contempla cómo el monstruo extraterrestre titular aterroriza a los humanos a lo largo de diferentes periodos de la historia. Se divide en tres episodios, y se centra en sendos guerreros feroces: un vikingo que guía a su hijo en una sangrienta búsqueda de venganza, un ninja en el Japón feudal que se enfrenta a su hermano samurái por el legado de su padre y un piloto de la Segunda Guerra Mundial que investiga una misteriosa amenaza.
Quienes conozcan las tres entregas previas de la saga de comedias de acción coreanas a la que pertenece -‘Ciudad sin ley’ (2017), ‘Fuerza bruta’ (2022), y ‘Fuerza bruta: sin salida’ (2023)- sabrán perfectamente qué esperar de ella. Su trama gira en torno a una organización ilegal de apuestas ‘online’ y el violento asesinato de un genio de la tecnología, pero el verdadero propósito de la película es servir de vehículo para una deslumbrante sucesión de secuencias de lucha en las que el actor Ma Dong-seok derrocha carisma a puñetazos.
Hacer comedia de improvisación exige gran rapidez de reacción a situaciones inesperadas y capacidad para mantenerse en la piel del personaje pase lo que pase, y esas mismas aptitudes son necesarias en un policía de incógnito. En esa similitud se basa la premisa de esta comedia de acción en la que una profesora de interpretación y dos de sus estudiantes más descarriados son reclutados por las autoridades para que ayuden a atrapar a delincuentes de poca monta, y que quedan atrapados en el submundo criminal londinense.
¿Hasta dónde es capaz una madre de llegar para salvar a su hija? Es la pregunta a la que trata de responder este ‘thriller’ sobre una mujer sacudida por la tragedia tras la muerte de su pareja y que vive recluida cuidando de los caballos de su granja hasta que, una noche, su primogénita aparece cubierta de sangre de otra persona. Las relaciones familiares complicadas siempre han sido asunto de cabecera de su director, Michael Pearce. En ‘Beast’ (2017) ya abordó violentas tensiones maternofiliales, y en ‘El encuentro’ (2021) retrató a un padre que trata de proteger a sus hijos.
- Basada en el libro que la periodista Amy Liptrot publicó para relatar su lucha contra el alcoholismo, ofrece un retrato atento a las complejidades de esa enfermedad, a menudo vinculada a traumas familiares y problemas de salud mental. Mientras observa los esfuerzos de una joven por mantenerse sobria mientras se enfrenta a los demonios que la llevaron a beber, evita tanto diagnósticos simplistas como el tipo de exceso melodramático del que suelen pecar la mayoría de películas de temática similar.
Quinto largometraje como director de Steve Buscemi -el primero que dirige en 15 años-, retrata a una joven que trabaja como voluntaria en un servicio telefónico de ayuda para personas en situación de vulnerabilidad psicológica y emocional, y en su mayoría mantiene el foco puesto en el rostro de su protagonista (Tessa Thompson) mientras escucha a una sucesión de personas en apuros. Funciona como reivindicación tanto del trabajo a menudo no remunerado que trabajadores como su personaje principal llevan a cabo todos los días como de la importancia de comunicarse con otras personas, una necesidad humana que demasiado a menudo no se satisface.
Tras hacer una incursión en el cine de terror con ‘La Tour’ (2022), el ecléctico director francés Guillaume Nicloux cambia de género con este melodrama protagonizado por Fabrice Luchini sobre un hombre maduro que, tras conocer que su hijo y la pareja de este han muerto en un accidente automovilístico, debe decidir cómo participar en el cuidado del bebé que esperaban a través de un vientre subrogado. En lugar de avivar debates sociales candentes, la película prefiere centrar su atención en el arte de convertirse en abuelo.