El turismo chino y las oportunidades para Argentina como destino receptor

China se ha consolidado en las últimas décadas como el mayor emisor de turistas del mundo. Antes de la pandemia, en 2019, los ciudadanos chinos realizaron 155 millones de viajes al extranjero, lo que posicionó al país como líder indiscutido en el turismo internacional. Sin embargo, las estrictas restricciones de movilidad implementadas durante la pandemia de COVID-19 provocaron una abrupta caída en estas cifras.

A medida que las fronteras se fueron reabriendo, el turismo emisor chino comenzó una recuperación sostenida. En 2023, se registraron aproximadamente 101 millones de viajes internacionales, y para 2024 se estima que la cifra alcanzó los 130 millones, lo que representa el 84% del volumen de 2019.

Las proyecciones para 2025 son aún más optimistas: se espera que el flujo de turistas chinos supere los niveles prepandémicos, impulsado por una mayor demanda de viajes internacionales, mejoras en la conectividad aérea y políticas migratorias más flexibles.

Destinos preferidos por los turistas chinos

Históricamente, los destinos más populares entre los turistas chinos han sido países asiáticos cercanos, como Japón, Corea del Sur y Tailandia, y las Regiones Administrativas Especiales (chinas) de Macao y Hong Kong, debido a su proximidad geográfica y políticas de visado favorables. No obstante, también se ha registrado un crecimiento sostenido del interés por destinos europeos como Italia, España y Reino Unido, que han intensificado sus campañas de promoción en el mercado chino.

En la actualidad, los titulares de pasaportes chinos pueden viajar sin visa a 44 países, y se les permite obtener una visa a su llegada a otros 34 países. En la mayoría de los casos, la visa se puede obtener en el aeropuerto o en el punto de cruce fronterizo.

Gasto turístico: una oportunidad de alto valor

Uno de los rasgos más significativos del turismo chino es su alto poder adquisitivo. En 2019, los turistas chinos gastaron 254.000 millones de dólares en el extranjero. Aunque la pandemia redujo el volumen de viajeros, el gasto individual se mantuvo elevado, con cifras que incluso superaron los promedios anteriores. En 2023, el gasto total alcanzó 196.500 millones de dólares, superando nuevamente a países como Estados Unidos y Alemania.

Este comportamiento se confirma con ejemplos concretos. En España, por ejemplo, los turistas chinos fueron en 2023 los que más gastaron por estancia: 2.958 euros por persona, con un promedio diario de 288 euros y una estancia media de más de 10 noches. Estos datos contrastan notablemente con los turistas británicos (1.228 euros por estancia) o alemanes (780 euros en Baleares).

Este patrón de gasto elevado se repite en otros destinos globales, donde los visitantes chinos muestran una fuerte inclinación hacia el consumo de lujo, gastronomía de alta gama y experiencias culturales exclusivas.

Argentina: una oportunidad aún latente

A pesar de este potencial, Argentina aún no se posiciona como un destino prioritario para el turismo chino. Las razones son múltiples, pero se centran principalmente en cuestiones de accesibilidad, visado y conectividad aérea.

En 2019 nuestro país recibió aproximadamente 80.000 turistas chinos, lo que representó un récord histórico. En años posteriores, las cifras disminuyeron debido a las restricciones de viaje, pero se esperaba recuperar aquel nivel a partir de 2023.

Visas: requisitos y desafíos

Actualmente, los ciudadanos chinos necesitan tramitar una visa de turismo ante una representación consular argentina en China. El proceso incluye la presentación de pasaporte, formularios, fotografías, reservas de alojamiento y vuelos, y demostración de medios económicos. Requiere audiencia en persona y el costo es de 150 dólares estadounidenses, pagaderos en yuanes.

Como alternativa, existe la Autorización Electrónica de Viaje (AVE), que puede tramitarse online, pero solo está disponible para ciudadanos chinos que posean una visa vigente de Estados Unidos o del espacio Schengen. Esta limitación reduce el acceso de muchos potenciales turistas que no poseen visados de esos países. Además, no existe un acuerdo bilateral de exención de visado entre Argentina y China, lo que coloca a nuestro país en desventaja respecto a otros destinos que sí han flexibilizado sus requisitos de ingreso.

El caso Schengen: un modelo de accesibilidad regional

Un punto clave a destacar es el funcionamiento del visado Schengen tipo C, requerido por ciudadanos chinos para visitar países como Francia o España. Este visado permite estancias de hasta 90 días dentro de un período de 180 días y, lo más relevante, habilita el ingreso a todos los países del espacio Schengen, lo que facilita recorrer múltiples destinos europeos con una sola autorización.

Por ejemplo, un ciudadano chino que obtiene una visa para viajar a Francia o España puede, durante el mismo viaje, desplazarse también por Italia, Alemania, Países Bajos, Austria, Portugal, entre otros, sin necesidad de nuevos trámites ni costos adicionales. Esta ventaja multiplica el atractivo del viaje, reduce fricciones burocráticas y estimula el turismo multidestino, con el consiguiente impacto económico en toda la región.

El proceso para obtener el visado Schengen incluye la presentación de formulario, pasaporte vigente, fotografía, seguro médico de viaje, comprobante de fondos suficientes y reservas de alojamiento y vuelos. El costo es de 80 euros para adultos y 40 euros para menores. Este modelo de admisión turística resulta altamente competitivo frente a países como Argentina, que aún exigen visados individuales, tramitados de forma presencial, y sin beneficios de libre circulación regional.

¿Qué puede hacer Argentina?

Para posicionarse como un destino atractivo para el turismo chino, Argentina podría avanzar en varias líneas de acción concretas:

  • 1. Simplificar el proceso de visado, reduciendo la documentación requerida y los tiempos de aprobación.
  • 2. Ampliar el alcance de la AVE, incluyendo nuevas categorías de visas válidas o eliminando requisitos innecesarios.
  • 3. Negociar un acuerdo de exención de visado para estadías turísticas breves, como ya han hecho otros países de la región.
  • 4. Mejorar la conectividad aérea, ya sea con vuelos directos o acuerdos de código compartido con aerolíneas que conecten hubs como Doha, Dubái, Estambul o Madrid con Beijing y Shanghái.
  • 5. Lanzar campañas de promoción turística en China, adaptadas cultural y lingüísticamente, que destaquen los atractivos naturales, culturales y gastronómicos de Argentina.

El turismo emisor chino representa una enorme oportunidad económica para los destinos que logren posicionarse de forma efectiva en este mercado. Argentina cuenta con atractivos únicos —Patagonia, Cataratas del Iguazú, tango, vino, naturaleza y cultura— que podrían seducir a un público ávido de experiencias auténticas y exclusivas.

Sin embargo, para que esta oportunidad se transforme en una realidad concreta, será necesario superar las barreras actuales en materia de visado y conectividad, y desarrollar una estrategia integral y sostenida de posicionamiento.

El turista chino no solo representa volumen, sino también calidad de gasto y potencial para desestacionalizar la demanda turística.

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