La alocasia, popularmente llamada oreja de elefante, se ha convertido en la estrella de los hogares y colecciones botánicas gracias a sus hojas grandes, brillantes y de apariencia tropical. Para que conserve su porte majestuoso y no pierda vigor, conviene atender con detalle a cinco factores clave: sustrato, riego, humedad, luz y nutrición.
1. Sustrato aireado y rico en materia orgánica
La alocasia desarrolla raíces carnosas que exigen una mezcla suelta y con excelente drenaje. Prueba con:
- 40% tierra para macetas de calidad,
- 30% perlita o piedra pómez para evitar compactación,
- 20% fibra de coco o corteza de pino que retenga algo de humedad,
- 10% humus de lombriz como fertilizante natural de liberación lenta.
Renueva la capa superficial cada primavera y trasplanta cada dos años a una maceta un número mayor, con orificios amplios para que el agua excedente fluya sin estancarse.
2. Riego moderado y controlado
- Método del dedo: riega únicamente cuando los primeros 3?cm de sustrato estén secos al tacto.
- Agua tibia y sin cloro: evita cambios bruscos de temperatura y la acumulación de sales.
- Invierno en reposo: reduce el riego a la mitad; la planta entra en dormancia y un exceso puede pudrir el rizoma.
- Nunca mojes las hojas—sobre todo de noche—para esquivar hongos como botritis y manchas foliares.
3. Humedad ambiental tropical
Originaria de selvas húmedas del sudeste asiático, la alocasia prospera con humedades relativas del 60?% al 80?%. Si tu casa es seca:
- Coloca la maceta sobre un plato con piedras y agua (sin que el fondo toque el líquido).
- Usa un humidificador programado o agrupa varias plantas para crear un microclima.
- Pulveriza con agua destilada cada mañana en verano, evitando el rocío directo bajo sol intenso.
4. Luz indirecta y temperaturas estables
Ubícala junto a una ventana luminosa con cortinas translúcidas; el sol directo quema bordes y decolora el limbo. Temperaturas ideales:
- Día: 20-28?°C
- Noche: nunca por debajo de 15?°C
Resguárdala de corrientes frías, aires acondicionados y calefactores que resequen el ambiente.
5. Nutrición y poda
- Fertiliza cada 20-30 días en primavera-verano con abono líquido balanceado (N-P-K 20-20-20) diluido al 50?% de la dosis recomendada.
- Suspende en otoño-invierno para respetar su reposo.
- Elimina hojas amarillas o dañadas con tijeras esterilizadas; esto dirige la energía a brotes nuevos y mejora la estética.
6. Plagas y problemas frecuentes
- Ácaros y trips se instalan cuando la humedad es baja: controla con aceite de neem o jabón potásico.
- Puntas marrones indican falta de humedad o exceso de sales.
- Hojas caídas suelen deberse a encharcamiento o frío extremo.