Los arándanos congelados, un superalimento al alcance del freezer

Pequeños, sabrosos y fáciles de consumir, los arándanos congelados se han ganado un lugar en el freezer de muchas casas. Pero detrás de su apariencia simple, hay algo más: estos frutos no son solo un refrigerio práctico, sino un verdadero superalimento, cargado de beneficios para la salud.

A diferencia de lo que se suele pensar, congelar los arándanos no reduce su valor nutricional. Por el contrario, diversos estudios han demostrado que al ser congelados poco después de su cosecha, conservan intactas sus vitaminas, minerales y antioxidantes, en especial la antocianina, el compuesto que les da su color característico y que está vinculado a la prevención de enfermedades cardiovasculares, mejora de la memoria y reducción de la inflamación.

Además, los arándanos congelados son una opción saludable todo el año. Pueden incorporarse a smoothies, yogures, ensaladas, postres o simplemente comerse como snack, sin necesidad de descongelarlos previamente. Al no tener agregados de azúcar ni conservantes, mantienen su pureza natural.

Su contenido en vitamina C, vitamina K, fibra y manganeso los convierte en aliados del sistema inmunológico, del buen funcionamiento intestinal y de la salud ósea. También han sido relacionados con mejoras en la sensibilidad a la insulina y con un menor riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer.

Por todo esto, los arándanos congelados son mucho más que una fruta de estación guardada en frío: son una manera accesible, versátil y poderosa de cuidar el cuerpo desde la alimentación cotidiana.

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