«Messi es un tipo feliz en Miami. Aquí ha encontrado la paz para él, su familia y le permite hacer negocios», cuentan los que han seguido los pasos del argentino desde su llegada a EEUU en julio de 2023. El ’10’ ha conseguido armar un microcosmos en el Inter, un equipo hecho a su medida. Justo al revés de lo que le sucedió en el PSG, con el que ahora se reencuentra en los octavos del Mundial de Clubes (domingo, 18:00 horas). Se abrirá la caja de los truenos, donde también hay algún recuerdo mejorable con el técnico galo, Luis Enrique, al que Messi tiene en lo alto, junto a Guardiola, como profesional deportivo, pero con el que vivió enfrentamientos en el Barça.
La sempiterna tentación de Arabia
El campeón del mundo sale de su zona de confort por un día después de llevar al club que ha cambiado el ‘soccer’ en EEUU a una fase eliminatoria en la que no contaba estar. Sin embargo, el pie de Messi sigue alumbrando el camino. Lo hace en un contexto de exigencia deportiva relativa, donde lo más importante es la generación de negocio que se ha montado alrededor de su figura. La marca del ’10’ se ha desarrollado al límite y es lo que más le interesa ahora. En el aire está su renovación. Por el momento, tiene contrato hasta finales de este año, cuando termina la temporada regular de la MLS.
Messi y Redondo celebran un gol de Inter Miami. / GUSTAVO AMADOR / EFE
El Mundial de Clubes, concebido en Miami alrededor de su figura, ha servido para que vuelvan los cantos de sirena de Arabia Saudí a su alrededor. Cuentan fuentes de la liga de Oriente Próximo, que la oferta de 500 millones por temporada siempre va a estar ahí, con Al Hilal como lugar predilecto para convertir la Saudi Pro League en el último baile de la dicotomía que ha cambiado el fútbol: Messi – Cristiano. El argentino todavía no se ha pronunciado sobre su futuro, que no pasa tanto por uno u otro lugar deportivo, sino por la parte empresarial.
Fue precisamente un viaje al país que le tienta el que empezó a resquebrajar la relación entre el de Rosario y el PSG. El 1 de mayo de 2023, tras una derrota ante el Lorient, Messi se ausentó de un entrenamiento para cumplir con un compromiso publicitario en Arabia Saudí. Lo hizo, según el club galo, sin permiso, por lo que fue sancionado dos semanas sin sueldo. Además, tuvo que pedir perdón en un vídeo que su entorno consideró humillante. Todos sabían que sin los problemas económicos del Barça nunca se habría ido.
PSG, el club que nunca debió entrar en la vida de Leo
Las lágrimas por la salida de la que sigue siendo su casa se han secado. No así el rencor por lo vivido en la capital francesa, donde ni él ni su familia lograron adaptarse. Tras conquistar el Mundial de Qatar, con el que Messi cerró su círculo virtuoso, el PSG fue eliminado en octavos de Champions ante el Bayern. La lesión de Neymar, enfrentado con Mbappé, que contaba con el apoyo de Al-Khelaifi por aquel entonces, terminó por sepultar al equipo de Qatar en una espiral de negatividad que apuntó directamente a Leo.
Los aficionados del PSG protestaron contra Messi, llegando a intimidar a su familia, lo que provocó su salida del club. / MOHAMMED BADRA / EFE
En los partidos en el Parque de los Príncipes recibía silbidos. La tensión escaló de tal manera que los ultras del PSG llegaron a acosar a los jugadores en sus domicilios con pancartas que ponía: «Messi, fuera», acompañadas de cánticos como «mercenario» y «no tienes respeto al club». La entidad tuvo que reforzar la seguridad de lo que Lionel consideró como una línea roja traspasada. El bienestar de su familia era principal, por lo que cuando sintió que también eran objeto de hostigamiento decidió armar un nuevo plan de vida que ha salido a la perfección en Miami.
Curiosamente, ha sido un entrenador belicoso como Luis Enrique el que ha encontrado la paz social en el PSG, al que ha hecho campeón de Europa sin las estrellas del pasado. Un vestuario amoldado a su carácter, que entró en disputa con el de Messi en el Barça. El incidente más notorio ocurrió tras el descanso navideño de 2015, cuando el ’10’ protestó con vehemencia en un entrenamiento por una jugada que no pitó ‘Lucho’ como árbitro. Se escucharon gritos y el episodio continuó en el vestuario. Messi llegó a quedarse fuera del entrenamiento siguiente y fue suplente.
A pesar del choque, la relación se recondujo rápidamente. El tándem lideró la histórica temporada 2014/2015, logrando el triplete de Liga, Copa y Champions. Tiempo más tarde, Luis Enrique reconocería: “Hasta que todo se solucionó hubo un tiempo de tensión… pero hoy solo puedo decir maravillas de Leo Messi”. El jugador también dio enterró el hacha de guerra: «Tuvimos un conflicto, pero se resolvió y después tuvimos una relación fantástica». Sin embargo, en Francia, las heridas siguen abiertas. «Messi, no todo está perdonado”, titula L’Equipe, poniendo al argentino en el disparadero, ya no solo por no haber cumplido objetivos con el PSG, sino por haberle frustrado a los Bleus el sueño mundialista de Qatar.