La ciudad de Frontera, en el límite entre Santa Fe y Córdoba, fue escenario de un hecho de violencia extrema que culminó con la vida de un niño de 4 años y dejó a su padre, con un frondoso prontuario, en estado crítico.
El ataque, perpetrado a plena luz del día, se presume como un nuevo y sangriento capítulo en una guerra entre bandas narco.
La tarde de este miércoles, la violencia ligada al narcotráfico escribió una de sus páginas más oscuras y trágicas. Un niño de tan solo 4 años fue asesinado a balazos mientras viajaba en un vehículo con su padre, quien resultó gravemente herido y se debate entre la vida y la muerte.
El brutal ataque, que según las primeras pesquisas tendría el sello de un ajuste de cuentas, ha generado una profunda conmoción en la comunidad.
El episodio ocurrió pasadas las 18:00 horas en las inmediaciones del Polideportivo de la ciudad de Frontera, entre Calle 7 y 90. Padre e hijo fueron emboscados por al menos dos individuos que, desde otro automóvil, desataron una ráfaga de disparos. Testigos presenciales relataron haber escuchado entre ocho y diez detonaciones que rompieron la calma de la tarde y sembraron el terror.
El menor, alcanzado por los proyectiles, fue trasladado de urgencia al Hospital Iturraspe de la vecina ciudad de San Francisco, en Córdoba. Pese a los esfuerzos desesperados del personal médico, el niño ingresó ya sin vida y no pudo ser reanimado.
El padre, identificado por su alias “Peladito”, habría sido el objetivo principal del atentado. Según fuentes policiales, recibió al menos seis impactos de bala y permanece internado en estado crítico. Trascendió que “Peladito” había recuperado su libertad recientemente tras cumplir una condena en prisión.
Horas después del ataque, el vehículo que habría sido utilizado por los sicarios fue encontrado completamente incinerado en un camino rural cercano a la localidad de Josefina, una maniobra habitual en el hampa para borrar todo tipo de evidencia.
Una historia familiar marcada por la violencia
La tragedia se inscribe en un contexto familiar atravesado por la delincuencia y la violencia. Según trascendió, el pequeño era sobrino de Horacio “Totín” Martínez, un joven de 21 años que fue acribillado a balazos en mayo pasado en otro ataque de similares características en Frontera.
Además, la familia está vinculada a “Pocholito”, otro joven con un extenso y precoz historial delictivo que incluye robos calificados, intentos de homicidio y agresiones desde que tenía apenas 14 años.
Las autoridades policiales y judiciales de Santa Fe, a cargo de la investigación, centran sus sospechas en una feroz disputa territorial entre bandas dedicadas al negocio del narcotráfico, una problemática que azota con dureza a esta “triple frontera” entre Santa Fe, Córdoba y la localidad de Josefina.
Fuente: La Voz de San Justo.