Después de cocinar, es muy común dejar las sobras de comida directamente en la olla o en la sartén y guardarlas así en la heladera. Parece lógico y cómodo: menos platos para lavar y todo en un solo recipiente. Pero esta práctica, aunque habitual, puede afectar la calidad de los alimentos y poner en riesgo tu salud.
¿Por qué no es recomendable guardar las sobras en la olla?
Las ollas y sartenes, especialmente si son de metal o aluminio, tardan más en enfriar la comida que recipientes plásticos o de vidrio. Esto significa que los alimentos quedan calientes por más tiempo dentro del refrigerador, lo que puede:
- Elevar la temperatura interna de la heladera, afectando otros alimentos
- Favorecer la proliferación de bacterias por permanecer en “zona de peligro” (entre 5 °C y 60 °C)
- Provocar alteraciones en sabor y textura debido al calentamiento y enfriamiento irregulares
Además, si la olla está sucia o con restos de grasa en las paredes, puede ser más difícil limpiar bien las sobras, aumentando la contaminación cruzada.
¿Qué dicen los expertos?
Especialistas en seguridad alimentaria recomiendan transferir las sobras a recipientes limpios, preferentemente de vidrio o plástico apto para heladera y microondas, y con tapa. Esto permite que la comida se enfríe más rápido y se conserve mejor.
Según el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), las temperaturas deben bajar a menos de 5 °C en menos de dos horas para evitar el desarrollo de bacterias.
Consejos para guardar sobras de forma segura
- Transferí la comida a recipientes limpios y con tapa apenas termines de servir.
- Dividí las porciones grandes en recipientes más pequeños para acelerar el enfriamiento.
- No dejes la comida a temperatura ambiente por más de dos horas antes de guardarla.
- Etiquetá con la fecha para consumirla en un máximo de 3 a 4 días.
- Calentá las sobras solo una vez, asegurándote de que alcancen una temperatura interna mínima de 74 °C antes de consumir.
¿Qué pasa si no seguís estas recomendaciones?
Consumir sobras mal guardadas puede causar intoxicaciones alimentarias, con síntomas como náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal. Estas molestias pueden variar de leves a graves, especialmente en niños, embarazadas, adultos mayores y personas inmunocomprometidas.
En resumen:
Para conservar la frescura, sabor y seguridad de tus comidas, evitar guardar las sobras en la olla es clave. Usar recipientes adecuados y respetar tiempos y temperaturas reduce el riesgo de enfermedades y prolonga la vida útil de tus alimentos.