La decisión que tomó la Suprema Corte con el histórico juez de San Isidro denunciado por acoso sexual

Ernesto García Maañón (76), el histórico juez de San Isidro denunciado por acoso sexual, se tomó licencia mientras continúa el sumario iniciado por la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires. Fue el magistrado el que había hecho la solicitud de ausentarse luego de que estallara el escándalo que lo tiene como protagonista a raíz de la acusación de una auxiliar letrada.

García Maañón es presidente de la Cámara de Apelaciones y Garantías en lo Penal de San Isidro y fue denunciado por la funcionaria que cumple funciones en la secretaría de la presidencia. La exposición de la víctima tiene una extensión de 18 páginas en la que expone todas las situaciones que aseguró haber sufrido durante cuatro meses.

Según el relato de la auxiliar letrada, todo comenzó con insinuaciones del juez hacia ella, que luego pasaron a ser sugerencias sobre su forma de vestir, propuestas para encuentros extra laborales, presiones para acceder a esos pedidos hasta situaciones de acoso más explícitas como, según la denuncia, un intento de tocamiento, exhibición de un arma de fuego y acoso laboral ante la negativa de la mujer a relacionarse con García Maañón. La gota que rebasó el vaso fue enterarse que iba a ser reemplazada supuestamente por haberse «mandado varias macanas».

La denuncia derivó en la apertura de un sumario en menos de 24 horas por parte de la Suprema Corte bonaerense, que envió inspectores a la Cámara de Apelaciones para profundizar la investigación. Ante esta situación, el camarista denunciado pidió una licencia al área de Personal de la Corte, según dijeron a Clarín fuentes judiciales.

García Maañón contaba con días en su haber para solicitar licencia y a la vez la Cámara cuenta con integrantes para suplirlo en la presidencia.

Según pudo saber Clarín, la licencia de García Maañón no afecta el sumario ni la tarea del área de Control Disciplinario de la Corte. Es más, en todo caso, podría facilitar el accionar de los funcionarios que trabajan en el caso aun durante la feria judicial.

La licencia otorgada por la Suprema Corte irá desde el 4 al 18 de agosto próximo -una vez terminada la feria judicial de invierno- y no descarta la posibilidad de que en el caso de avanzar el expediente en contra de él, las autoridades del Máximo Tribunal puedan decidir otro tipo de licencia.

La denuncia por acoso contra García Maañón

El martes de la semana pasada, la auxiliar letrada que cumplía funciones en la secretaría de Presidencia de la Cámara denunció al juez ante la Subsecretaría de Control Disciplinario de la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires, que en menos de 24 horas dispuso abrir un sumario contra García Maañón, según dijeron fuentes judiciales a Clarín.

Todo comenzó cuando el juez asumió la presidencia de la Cámara, que cambia cada 1° de marzo y suele ser por un año.

Antes de asumir, la secretaria dijo que el camarista la convocó a su despacho el 20 de febrero para ultimar detalles sobre su presidencia y quiso interiorizarse sobre la vida personal de la secretaria.

El juez Ernesto García Maañón es campeón nacional e instructor de tiro.

«Desde esa fecha comenzó un vínculo cordial, basado en el respeto y la confianza, de índole laboral, al menos de mi parte, sin embargo con el correr de los días comenzó a mencionar mediante mensajes o en forma personal que le parecía atractiva, que no me tire a menos, que así tenía que ir por la vida, señalando que era ‘opinión masculina experta'», relató la funcionaria.

El 25 de febrero llegó el primer mensaje subido de tono: «Cuida tu cuerpo y salud que te eleva la autoestima. Consejo look para los juramentos (y para que me envidien): pelo suelto y el traje negro escotado con mini que llevaste el martes pasado (manito)».

La mujer dijo que intentó ser respetuosa y cordial pero no volvió a usar más esa vestimenta. Más tarde, según la denuncia de la auxiliar, el juez hizo alusión en un mensaje a que su novio no viera su celular porque se podía llegar a enojar.

«Pasado un mes –30 de marzo– recibía mensajes tales como “Despierta?, a las 1:12 de la madrugada. ‘mi amiga se durmió a las 12 y yo me desperté. A veces soy un murciélago o un vampiro.’ ‘La noche es como el vino, te desinhibe…La noche es deseo, la pasión, la aventura”.

Las situaciones siguieron con distintos intentos de García Maañón de reunirse con la secretaria fuera de los Tribunales. La invitó a su casa quinta en Escobar un sábado con la excusa de una reunión con un jefe de Policía y le prometió que iba a «haber champagne». Muy incómoda con la situación, le preguntó al comisario por la reunión y el policía le respondió: «No se si es de trabajo» y le advirtió que él se iba a ir 16.30 del lugar.

Ella buscó todas las formas para no asistir y ante la insistencia del juez y la presión del momento, terminó enfermándose y no asistió por cuestiones médicas.

Luego la invitó a comer afuera y ella accedió porque pensó que fuera del ámbito judicial iba a poder explicarle de forma directa que no quería tener ningún tipo de vínculo con él fuera del profesional. “Con que cenemos juntos me basta. Por mí podes venir desnuda jaja…”, le respondió el juez.

Luego de aceptar su propuesta de ir a cenar, el juez la llamó para que fuera a su despacho, según denunció la mujer. «El Dr. García Maañón estaba en una postura juvenil como excitado, salió de su escritorio y me detuvo en el medio de su despacho, me ordenó cerrá la puerta, me pregunto en forma confianzuda ¿cómo estás? Parado en el centro del despacho, le respondí casi incrédula bien, me dijo que había ido a averiguar para cenar en la Rosa Negra, y que tenían menú celiaco, dado que lo soy, en ese momento me tomó de la cintura e intentó bajar la mano hacia mi cola, me sorprendí y di un paso hacia atrás, le dije ¿Pasó algo? Me dijo no, solo quería verte», relató.

«Mi reacción fue como bueno ya me vio me retiro, y luego traigo la firma, salí con paso apurado del despacho, era incrédula de estar vivenciando esta situación y no lo podía hablar con nadie, me avergonzaba, dado que consideraba que tenía recursos necesarios para manejar la situación y no lo estaba haciendo bien, nada funcionaba, había agotado los recursos, porque cada día el Dr. García Maañón mostraba una personalidad totalmente distinta, y era difícil de prever qué ocurriría. No podía hablarlo con nadie, me sentía culpable, acorralada, nada había funcionado», dijo.

Finalmente, el 4 de abril, la secretaria dijo que se hartó de la situación y decidió comunicarle al juez que no estaba disponible ni emocional ni físicamente. A partir de ahí, la relación cambió. «Me destrataba constantemente», dijo.

«Comenzó a tratar las cuestiones de la Presidencia directamente con la oficial cuarta … e incluso durante una semana y media, me sacó las cuestiones de la Secretaría, no sabía lo que ocurría en la Secretaria. Durante la semana previa al sorteo de la causa Maradona, permanecí ajena a las reuniones que mantenía», sostuvo.

Y también recordó otra situación extremadamente intimidante que ocurrió el 19 de junio, según su relato, cuando fue a llevarle una resolución. «La puerta estaba entreabierta, el Dr. me dijo sentate, le entregué la resolución, la miró, y como ignorando mi presencia, se levantó, saco del cajón su arma, le puso el cargador, le sacó el seguro o se lo puso dado que solo escuche el ruido, y en un movimiento rápido la pasó cerca de mi cara, y no recuerdo si la puso delante de su pantalón o detrás, quedé como helada de haber visto el caño del arma pasar cerca de mi cara, salió del escritorio tomó un bolso, y dijo ‘me retiro'», relató.

«Salí del despacho y fui a mi despacho y comencé a llorar, no podía comprender por qué debía tolerar esa situación, como naturalizada. El Dr. Ernesto García Maañón se jactaba de ser campeón Nacional de tiro, instructor de tiro y de tener innumerables reconocimientos, sin embargo me había pasado el arma cerca de mi cara, eso no lo podía procesar», recordó en la denuncia.

Además, según relató la funcionaria, el camarista le recordó el hecho de inseguridad en el que mató a dos ladrones que intentaron asaltaron en Quilmes en 2023 cuando salía de un torneo de tiro.

«Me hizo mención en forma personal al hecho mediante el cual mató a dos agresores y que allí estaba –impune-, porque fue en defensa propia- y ellos bajo tierra, incluso tener contactos la Suprema Corte y que todo lo que solicitaba se lo concedían, e incluso con altos mandos de policía, y con funcionarios de la Fiscalía General, toda esa información generó en mi persona miedo y pánico de denunciar los hechos que aquí estoy narrando, y de sufrir represalias por efectuar la presente denuncia».

El 12 de julio ocurrió la situación por la que la funcionaria se decidió a hacer la denuncia. El juez envió un mensaje a un grupo de WhatsApp integrado por los jueces y secretarios de la Cámara que preside en el que dijo que no quería trabajar más con la auxiliar letrada porque «se había mandado varias macanas».

El juez no habría advertido –o lo hizo adrede– que la secretaria era parte de ese grupo y la mujer decidió exponer la situación que venía sufriendo, para defenderse de la acusación por las «macanas» y que el despido sería por no acceder a tener otro tipo de vínculo con él. Entonces reenvió uno de los audios de 8 minutos que García Maañón le envió una madrugada, en el que le dice que quiere tener algo con ella e intenta justificarse sobre el por qué de su insistencia.

MG/AA

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