El hambre no da tregua a la población de la Franja de Gaza. El bloqueo impuesto por Israel hace más de 145 días a la entrada de ayuda humanitaria ha sumido a los gazatíes en una situación de supervivencia extrema, donde productos esenciales como la leche de fórmula para bebés se ha agotado por completo y la harina ha alcanzado precios de hasta 100 euros el kilo. Desde el inicio de la ofensiva israelí, el departamento de Sanidad de Gaza ha reportado 127 muertes por desnutrición, de las cuales 85 eran niños.
Hasta el momento solo han funcionado dos formas de hacer llegar ayuda humanitaria a Gaza. La principal es mediante la polémica Fundación Humanitaria para Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), una entidad privada respaldada por Israel y Estados Unidos. La segunda, mucho más limitada, llega a cuentagotas a través de convoyes organizados por entidades internacionales independientes. Ninguna de las dos consigue paliar la grave crisis humanitaria en Gaza.
La presión de las organizaciones humanitarias sobre Israel para poner fin a la hambruna en Gaza crece a medida que la crisis se agrava. Esta semana, más de un centenar de ONGs, entre ellas Médicos Sin Fronteras (MSF), Amnistía Internacional, Acción contra el Hambre y Cáritas Internacional, firmaron una carta en la que exigen una acción urgente para detener el sufrimiento de la población civil. “Las autoridades israelíes continúan utilizando deliberadamente el hambre como arma en Gaza y el hambre alcanza niveles sin precedentes”, aseguran desde MSF en un informe que concluye que uno de cada cuatro niños menores de cinco años y mujeres embarazadas sufre desnutrición.
La trampa de buscar ayuda humanitaria
A la desesperación del hambre se suma la incertidumbre en el reparto de víveres, que se ha convertido en una trampa mortal. Desde finales de mayo, más de 1.000 personas han sido asesinadas por las fuerzas israelíes mientras intentaban acceder a ayuda humanitaria, 766 en centros de distribución de GHF y 288 en rutas de convoyes de ayuda, según las últimas cifras de la UNRWA. A este número se suman las 24 personas que han muerto y más de 300 han resultado heridas este sábado tras un ataque del Ejército israelí durante la madrugada cerca del puesto militar de Zikim, al noroeste de Beit Lahia. En la ciudad norteña no hay punto de distribución de GHF y los habitantes dependen de los pocos camiones de la ONU a los que Israel autoriza la entrada.
Israel ha anunciado que a la limitada entrada de suministros se añadirá el lanzamiento aéreo de ayuda, un modelo que ya fue empleado en una ocasión tras el estallido de la guerra y que suscita fuertes críticas debido al peligro que supone para la población, que corre riesgo de morir aplastada por el cargamento o por las estampidas humanas que se formaban en torno a las zonas de aterrizaje. La administración israelí en los territorios que ocupa en Palestina, la COGAT, confirmó este viernes que permitirá que Jordania y Emiratos Árabes reanuden los lanzamientos en coordinación conel Ejércitoo israelí.
Por su parte, el comisionado general de UNRWA, Philippe Lazzarini, ha criticado este sistema tras conocerse la noticia por considerarlo “la forma más cara e ineficaz de entregar ayuda«. «La hambruna que se extiende solo puede revertirse con voluntad política. Hagamos realidad el ‘nunca más’. Si fallamos a los palestinos de Gaza, es probable que otros también lo hagan en el futuro. No sentemos un precedente peligroso e irreversible», ha manifestado en un mensaje publicado en su cuenta de la red social X. Asimismo, otras organizaciones como Save the Children aseguran que esta noticia no es más que una distracción que no conseguirá paliar el sufrimiento de los gazatíes. «La única solución es un alto el fuego inmediato y definitivo acompañado de un acceso seguro y sin restricciones de la ayuda humanitaria a través de todos los pasos fronterizos y dentro de la Franja”, consideran desde la oenegé.
A la espera de un alto el fuego
Durante las últimas dos semanas, Hamás e Israel han mantenido negociaciones indirectas en Doha, la capital catarí, en torno a una propuesta de tregua de 60 días. El presidente estadounidense, Donald Trump, ha culpado directamente al grupo palestino este sábado. “Hamás realmente no quería alcanzar un acuerdo. Creo que quieren morir. Y es muy, muy grave”, ha afirmado.
En respuesta a estas declaraciones, Izzat al Rishq, miembro del buró político de Hamás, ha reafirmado la disposición del grupo a alcanzar “un acuerdo integral que ponga fin a la agresión en Gaza”. “Las declaraciones estadounidenses pasan por alto al principal responsable de los bloqueos: el gobierno de Netanyahu, que obstaculiza, evade y elude sus compromisos”, ha señalado en un comunicado difundido a través de canales oficiales.
Mientras tanto, Reino Unido, Francia y Alemania han mantenido una segunda conversación telefónica este sábado para alcanzar una postura coordinada sobre la situación en la Franja de Gaza, tras emitir una declaración conjunta este viernes en la que instaron a Israel a poner fin a la «catástrofe humanitaria» y establecer un alto el fuego. El canciller de Alemania, Friedrich Merz, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el primer ministro británico, Keir Starmer, mantienen el contacto para “promover la paz y la seguridad, con unidad, coherencia y responsabilidad”.