I. B., el joven sospechoso de pegar a Domingo, el jubilado de Torre Pacheco cuyo caso fue el origen de la espiral de violencia que se desató en el pueblo, se sentaba este jueves en el banquillo de los acusados de nuevo, esta vez como presunto autor de un robo con violencia que él niega haber cometido. El suceso habría acontecido en el mismo municipio, apenas horas antes del ataque al vecino que prendió la mecha xenófoba en la población.
La Fiscalía y la acusación particular le piden un año de cárcel por una tentativa de robo con violencia y una multa de 180 euros por las lesiones que sufrió el viandante atacado, mientras que la defensa solicita la absolución. El Ministerio Público también reclama que el joven, de 19 años, abone al vecino una indemnización acorde a las lesiones causadas al afectado. El caso ha quedado visto para sentencia.
El sospechoso, que declaró por videoconferencia desde el País Vasco, negó, como se le acusa, haber forcejeado en la avenida Gerardo Molina con un hombre de unos 80 años para robarle un reloj. De hecho, aseguró que, cuando se produjo este incidente, él se encontraba en su domicilio, durmiendo, «porque tenía que ir a trabajar a la fruta».
Sin embargo, luego no supo dar el nombre de la empresa y admitió que lo que estaba era esperando que alguien le contratase. La fiscal enfatizó este extremo en su turno de palabra final.
En cuanto a su casa, I. B. precisó que no tenía un domicilio fijo en Torre Pacheco y pernoctaba en casas de amigos.
«Mi madre tiene cáncer»
En cuanto a las lesiones que presentaba cuando fue identificado y detenido, I. B. dijo que se las hizo el mismo al golpearse contra una pared fruto de un enfado porque “mi madre tiene cáncer y no pude ayudarla”, testificó, con el respaldo de un intérprete.
«Empecé a chillar que llamaran a la Policía y a sangrar», contó la víctima, que fue al juzgado acudió en calidad de testigo al Juzgado de lo Penal Nº 1 de Cartagena. Este vecino es especialmente vulnerable: sufre leucemia, tiene diabetes y lleva un marcapasos.
Este vecino, que aún llevaba este jueves una mano vendada, reconoció a I. B. como su asaltante, sin ninguna duda.
La víctima del asalto, con la mano vendada, en el juzgado de Cartagena. / Iván Urquízar
Cabe recordar que, dos días antes del ataque a Domingo, I. B. pegó a un policía, confirman fuentes judiciales. Fue condenado por ello en un juicio rápido a cuatro meses de cárcel, pero no llegó a entrar en prisión.
Ahora mismo sí está entre rejas: ahí lo mandaba el Juzgado de San Sebastián ante el cual era llevado tras ser detenido en la estación de tren de Rentería, a punto de tomar un ferrocarril rumbo a Francia, presumiblemente con la intención de zafarse de la acción de la Justicia.
La fiscal hizo hincapié en las contradicciones del acusado, el cual, en el último turno de palabra volvió a reiterarse en su inocencia y dijo que confiaba en la justicia.