El fútbol de ascenso argentino fue escenario de un hecho repudiable que tuvo como víctima al periodista y entrenador Luis Ventura. El pasado fin de semana, durante el duelo entre Central Ballester y Victoriano Arenas, un simpatizante local irrumpió en el campo de juego y agredió violentamente a Ventura, quien debió ser hospitalizado.
A raíz del incidente, la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (APREVIDE) determinó una sanción ejemplar: Central Ballester disputará todos sus partidos como local en lo que queda de 2025 a puertas cerradas.
El episodio ocurrió el domingo 27 de julio, en el Predio Cacique, por la fecha 19 del Grupo B de la Primera C. El partido, que terminó 2-2, era clave en la parte baja de la tabla. Victoriano Arenas ganaba 2-1, el local empató y, minutos después, se desató una gresca generalizada que incluyó una invasión de campo y la agresión directa a Ventura.
El entrenador, de 69 años, fue atacado cuando se retiraba caminando del campo. Quedó tendido en el suelo y fue trasladado de urgencia a la Clínica Trinidad de Palermo, donde permaneció 24 horas en observación.
Luis Ventura, víctima de una escena de violencia inaceptable en el fútbol argentino
“No esperaba que me pegara. Si era más arriba en la sien, me mata”, relató Ventura tras recibir el alta médica. A causa del ataque, no pudo asistir a la ceremonia del Martín Fierro de Radio, donde debía cumplir funciones como presidente de APTRA. Además del técnico, un jugador de Victoriano Arenas también terminó hospitalizado por desmayarse luego de los golpes recibidos durante el tumulto.
La sanción impuesta por APREVIDE está amparada por la Ley Nº 11.929 y su decreto reglamentario. En el comunicado oficial, se señala que la institución incumplió con la correcta organización y seguridad del espectáculo deportivo. La penalización también alcanza al estadio de Deportivo Morón, clausurado parcialmente por incidentes en el duelo ante Chacarita en la Primera Nacional.
Aunque el Tribunal de Disciplina de AFA aún no se expidió sobre los posibles castigos individuales a jugadores y cuerpos técnicos, el mensaje de las autoridades fue claro: hechos de este tipo no tienen cabida en el fútbol argentino. La medida busca sentar un precedente para erradicar la violencia en las canchas, incluso en las categorías del ascenso.
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