Una investigación internacional liderada por el Hospital Vall d’Hebron (Barcelona), en la que participa la Universidad Francisco de Vitoria (UFV), demuestra que un análisis de biomarcadores placentarios en sangre permite detectar con precisión los embarazos con fetos pequeños en riesgo de complicaciones, evitando partos inducidos innecesarios y mejorando los resultados para madres y recién nacidos.
El ensayo clínico GRAFD, realizado en 20 hospitales españoles y publicado en la revista Nature Medicine, ha demostrado que medir dos proteínas en sangre materna permite gestionar, con la misma seguridad que una ecografía Doppler, los embarazos con fetos de bajo peso a término. El hallazgo plantea un cambio de enfoque en la toma de decisiones médicas en la recta final del embarazo, señalan desde la UFV.
La prueba se basa en la proporción entre dos biomarcadores placentarios, sFlt-1 y PlGF, cuya medición permite determinar si es conveniente adelantar el parto o continuar la gestación hasta las semanas 39 o 40. Esta estrategia ha demostrado reducir el número de inducciones innecesarias, disminuir las complicaciones maternas y neonatales y mejorar las condiciones del nacimiento. Entre el equipo de investigación figuran las doctoras Mar Gil y Raquel Martín, investigadoras de la UFV, especialistas en Medicina Materno-Fetal en el Hospital Universitario de Torrejón (Madrid) y miembros de la Fundación iMaterna.
Menos partos adelantados
Uno de cada diez embarazos, a partir de la semana 36, presenta fetos con un peso estimado por debajo del percentil 10. Pero no todos estos casos suponen un riesgo, señalan los investigadores: algunos bebés son simplemente pequeños pero sanos, mientras que otros sufren una restricción real del crecimiento fetal (FGR o CIR), con más probabilidades de complicaciones durante y después del parto.
«Con este test en sangre podemos ser más precisos y más prudentes», dicen los investigadores
«El Doppler (una técnica de ultrasonido que evalúa el flujo sanguíneo en el feto y la placenta) ha sido clave para el seguimiento fetal en las últimas décadas, especialmente en embarazos de riesgo, pero tiene sus limitaciones: muchas mujeres acaban siendo inducidas al parto innecesariamente«, explica Mar Gil, investigadora de la UFV y especialista en el Hospital Universitario de Torrejón. «Con este test en sangre podemos ser más precisos y más prudentes», insiste.
El análisis de biomarcadores sFlt-1 y PlGF ha demostrado ser igual de efectivo que una ecografía Doppler en embarazos con fetos pequeños, permitiendo que más mujeres completen el embarazo sin la necesidad de una intervención anticipada. El estudio, en el que participaron 1.088 gestantes, comparó dos métodos de seguimiento: uno basado en ecografías Doppler y otro guiado únicamente por este test en sangre. Ambos fueron igual de eficaces para prevenir complicaciones graves como la acidosis neonatal o la necesidad de cesárea por alteraciones del ritmo cardíaco fetal.
Menos invasivas
«El análisis de biomarcadores proporciona una visión más fisiológica del estado placentario y fetal», destaca el doctor Manel Mendoza, obstetra en el Hospital Vall d’Hebron y coordinador del ensayo. «En esta fase del embarazo, los biomarcadores nos permiten tomar decisiones más seguras, más informadas y menos invasivas«, indica.
El uso de la analítica mostró beneficios adicionales: menos casos de preeclampsia y hemorragias posparto en las madres, y recién nacidos con mayor peso
El uso de la analítica mostró beneficios adicionales: menos casos de preeclampsia y hemorragias posparto en las madres, y recién nacidos con mayor peso y menos ingresos en unidades de cuidados intensivos. Además, la frecuencia de partos inducidos antes de la semana 39 fue significativamente menor.
«Eso significa que muchas mujeres pudieron completar su embarazo sin necesidad de intervención anticipada, y eso mejora el bienestar neonatal y la experiencia del parto», añade Marta Lázaro-Rodríguez, médica obstetra en el Hospital Universitari Germans Trias i Pujol y doctoranda en esta línea de investigación. «Se trata de intervenir solo cuando hay una razón real para hacerlo», subraya.
A diferencia de la ecografía Doppler, que necesita tecnología avanzada y profesionales especializados, esta prueba en sangre puede realizarse en cualquier centro con un laboratorio clínico básico, apuntan los autores del trabajo. Esto la convierte en una opción especialmente valiosa en hospitales comarcales, zonas rurales o países con menos recursos.
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