La costanera de Villa Carlos Paz no solo fue escenario de un sábado de sol y calor. Cuando cayó la noche, el movimiento continuó con miles de personas que eligieron recorrer la ribera del lago San Roque bajo las luces de la ciudad.
Los bares y restaurantes trabajaron con gran concurrencia, mientras que las veredas y espacios verdes fueron ocupados por familias, parejas y grupos de amigos que disfrutaron de la noche primaveral.
El tránsito se cargó sobre la avenida costanera, con largas filas de autos y motos que completaron la postal de una ciudad encendida. Entre caminatas, mates nocturnos y música en vivo en algunos locales, la costanera volvió a ser el punto de encuentro obligado del fin de semana.
