‘Task’ o el final del sueño americano

Mientras todos esperamos a que HBO se decida a producir la segunda temporada de Mare of Easttown, la plataforma ha sorprendido con una nueva miniserie de su creador, Brad Ingelsby, con el mismo tono y ambiente que aspira a convertirse en uno de los títulos del año. Task es una historia policiaca dura ambientada de nuevo en las zonas rurales de Filadelfia, donde las familias sobreviven entre adicciones, pobreza y pérdida de horizontes. Algo que ya vimos en la miniserie protagonizada por Kate Winslet y en lo que aquí se sigue ahondando. En los primeros minutos del episodio piloto estrenado esta semana, se nos presenta cómo el protagonista y el que será su antagonista empiezan uno de sus días habituales. Cada uno por su cuenta, asistimos a sus momentos cotidianos y les seguimos en su rutina sabiendo que en algún momento los destinos de ambos están destinados a cruzarse. No hay ni buenos ni malos sino una desesperante escala de colores grises.

El agente del FBI, interpretado por un Mark Ruffalo alejado de su Hulk de Marvel Studios; enfrentado a un criminal, Tom Pelphrey (Ozark) que es un padre de familia y que se ha visto arrastrado al lado oscuro para poder sacar adelante a su familia. Ambos tratan de sobreponerse a sus propias tragedias personales, y han tenido una pérdida cercana, pero cuentan con maneras muy diferentes de afrontar su trauma. Son las dos caras de una misma moneda que sobreviven en un mundo que se ha roto.

El delincuente trabaja como recogedor de basura pero, junto a su compañero, se dedica en sus ratos libres a asaltar a punta de pistola narcoviviendas con máscaras de Halloween a la búsqueda de un gran botín. ¿Qué podría salir mal? La respuesta no tarda mucho en llegar, porque simplemente se puede decir que todo. El robo que descarrila es el momento del primer episodio en el que todo se tuerce y ya tiene a la audiencia enganchada para el siguiente. Tras un arranque que había sido tan tranquilo, no esperábamos que esto iba a coger ya tanta velocidad de crucero. El personaje del atracador alterna los momentos en los que asalta viviendas que ha identificado mientras recogía sus bolsas de basura con otros momentos familiares con sus hijos y su sobrina, que parece que es la voz adulta de la casa, obligada a crecer por las circunstancias.

En el otro lado, era de esperar que al personaje de Mark Ruffalo le acaben encargando la misión de investigar los asaltos a narcocasas y que suponen un alto foco de inestabilidad, ante el riesgo de que se inicie una guerra de bandas entre grupos armados hasta los dientes. Se da la circunstancia de que además es un ex sacerdote que ha perdido la fe, a su mujer y con un hijo en prisión. Un personaje tan roto como podría estar el protagonista de Dept Q en Netflix y que cito aquí porque hay muchos paralelismos con las circunstancias en que a sus protagonistas les asignan el caso. Una tarea titánica, sin prácticamente medios y, en el caso de Task, con agentes novatos y personalidades muy distintas entre sí. La diferencia con Dept. Q es que en aquella serie no se puede decir que su equipo esté formado por novatos, sino por efectivos que bien podrían ser considerados como una banda de frikis por sus compañeros. Extraña combinación que hace su magia y que funcionen como una verdadera máquina de relojería para resolver sus casos. ¿Veremos lo mismo en Task o va a ser esa inexperiencia la que motive que alguna que otra baja trágica en el equipo?

La trama reúne todos los elementos para una historia muy alejada del optimismo. Una realidad cruda y deprimente en la que el sueño americano parece haberse perdido para siempre. Series como True Detective, la propia Mare of Easttown, Breaking Bad u Ozark nos han invitado a viajar a los subsuelos de una sociedad que cada vez va generando más despojos. Incluso The Bear refleja ese pesimismo colectivo en el que parecemos habernos instalado.

El cine negro clásico norteamericano nos presentaba historias de corrupción y crimen organizado en un mundo marcado por la crisis de 1929. Puede que existiera desencanto por los efectos de la Gran Depresión, pero aún persistía la idea de que se trataban de fallos puntuales del sistema. Tras la crisis de 2008, en una sociedad que venía ya conmocionada por los atentados del 11-S cuyo aniversario se ha cumplido esta semana, las grietas del sistema parecen haberse vuelto abismos y los personajes sobreviven en un paisaje de ruinas sociales. Es la América del desencanto y que parece haber olvidado ese sueño por el que, con trabajo duro, se podía ascender de lo más bajo a lo más alto de la sociedad. Hay una condena a vivir permanentemente en la pobreza y de ahí el desencanto. Por eso conviene no olvidar que Task es una serie que transcurre en la América que votó a Trump. Es algo más que un thriller policiaco, sino el retrato de un país donde se diría que la fe parece haberse evaporado. Todo promete que van a ser siete episodios apasionantes.

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