River y otra eliminación en la Copa Libertadores, después de 71,5 millones de dólares en 16 refuerzos

Fue inabordable Palmeiras para River, aun en dos partidos muy distintos de la serie. La derrota 3-1 en San Pablo es un mazazo que llegó sobre el final, con River sintiéndose cerca del 2-1 para ir a los penales, pero expuesto a un par de contraataques que Palmeiras resolvió con categoría en el descuento. Y con el argentino José Flaco López erigido otra vez en una daga para la defensa millonaria. Un penal -foul y expulsión de un Marcos Acuña descontrolado- y luego una estupenda definición del ex-Lanús condenaron a un River demasiado nervioso en el cierre, al borde del descontrol disciplinario, con empujones y amenazas de pelea con la terna arbitral. Tuvo que interceder Marcelo Gallardo para que los incidentes no pasaran a mayores.

Aquel pésimo primer tiempo en el Monumental le terminó costando muy caro a River. Nada menos que la eliminación en los cuartos de final de la Copa Libertadores, el gran objetivo del segundo semestre. No le alcanzó la reacción en el segundo tiempo de la ida, ni el partido de igual a igual que en la revancha le planteó en su casa y ante su gente al invicto Palmeiras.

Las protestas de Montiel, Acuña y Martínez Quarta tras el penal para Palmeiras que sancionó MatonteNELSON ALMEIDA – AFP

Hubo orgullo y actitud hasta el estacazo final de Palmeiras, pero faltó la pizca de épica para dar el batacazo. Ese toque mágico y distintivo sigue ausente en este segundo ciclo de Gallardo, que en más de un año y medio de gestión ya consumió dos copas Libertadores sin llegar a la final, habiendo invertido el club 71,5 millones de dólares en 16 refuerzos. Octavos de final (Libertad), cuartos (Palmeiras), cuatro partidos, dos empates, dos derrotas. Ahí está la verdad: el equipo no termina de dar la talla. “Tenemos que crecer colectivamente y hacernos más fuertes”, fue una de las conclusiones de Gallardo tras el final.

Se queda con el muy buen partido de la dupla central Martínez Quarta-Rivero, la calidad de Quintero -no se entendió su reemplazo-y la bravura de Salas. Mientras creía que el 2-1 era posible, Palmeiras lo devolvió a su preocupante actualidad.

Lo más destacado de Palmeiras 3 – River 1

Juanfer se había ganado la titularidad con su segundo tiempo en el Monumental, donde su zurda abanderó la reacción para llegar al descuento. El colombiano fue uno de los tres cambios (uno obligado por el desgarro de Driussi) de Gallardo, además de la profunda reformulación táctica, con el retorno a la línea de cuatro y la ocupación más nutrida del medio con cinco volantes. Los retoques se cobraron apellidos de peso: Paulo Díaz, inseguro y titubeante en la ida, y Enzo Pérez, sobrepasado por la intensidad que había desplegado Palmeiras en el primer tiempo.

El arranque tuvo una réplica de lo ocurrido hace siete días, pero con los papeles invertidos. Gol con la pelota detenida antes de los 10 minutos. Así como Gustavo Gómez acalló el Monumental con un cabezazo, ahora fue Salas el que impactó en el primer palo un tiro libre de Quintero con la potencia y justeza necesarias. La falta había sido provocada por el ex Racing, un tanque al que Gómez debió derribar. La serie quedaba igualada y River se cargaba de confianza, un insumo necesario para disputarle a Palmeiras su condición de candidato y de equipo más en forma.

Salas había encendido la ilusión de River al marcar con un cabezazo el 1-0 a los siete minutos del primer tiempoMIGUEL SCHINCARIOL – AFP

Si bien a los dos minutos Armani apareció en toda su dimensión para desviar un remate de media distancia de Piquerez, la versión futbolística de Palmeiras era inferior a la del Monumental. River había entrado más enchufado, le sentaba bien el dibujo de poblar la zona media, aunque Salas a veces debía emprender patriadas en solitarios. Al correntino siempre le sobra empuje para ir contra todo lo que le salga al paso.

Estaba firme River con Martínez Quarta y Rivero en la marcación de Vitor Roque y el Flaco López, pero igual no se ahorró el sufrimiento en el juego aéreo, como ocurre habitualmente. El cabezazo de Murilo luego de un córner de Pereira exigió otra gran atajada de Armani y un cierre providencial de Galoppo antes de que Vitor Roque empujara la pelota al gol. River se salvaba, pero estaba en partido, no perdía los papeles, la historia estaba abierta.

Debía evitar los descuidos, como en una pérdida de Castaño que obligó a Portillo a cometer un foul de amonestación. Por ese entonces, el refuerzo llegado de Talleres ya tenía un dolor intercostal que no le permitió seguir; entró Enzo Pérez, que tuvo más minutos de lo que podía esperarse desde el momento en que fue al banco.

El Flaco López fue una de las figuras de Palmeiras en la serie; autor de dos goles en el 3-1 de la revancha en San PabloAndre Penner – AP

Palmeiras estaba confundido, no le encontraba la vuelta al planteo de River. Sin mucha profundidad, López probó desde fuera del área y encontró la firme respuesta de Armani. Quintero era la luz futbolística, el pase exacto para el compañero mejor ubicado; faltaba más influencia de Nacho Fernández, mientras Galoppo cumplía con su función de equilibrar el medio.

River estaba a la expectativa, sabiendo que en la medida de que no perdiera el orden, estaba en situación de poner en problemas a Palmeiras. Merodeó el 2-0 al final del primer tiempo, cuando Castaño, tras tomar un mal toque atrás de un rival, falló en el intento de eludir al arquero Weverton, que le rebanó la pelota. Ya es más que notorio el déficit del colombiano en los últimos metros; se pagaron 13 millones de dólares por un volante mixto que en 30 partidos no tiene goles y solo dio dos asistencias.

El segundo tiempo fue más eléctrico, con el ingresado Miguel Borja cerca de un golazo. River echaba el resto, pero a su espalda se encontró con un Palmeiras quirúrgico y letal.

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