El mediodía tranquilo en Villa Carlos Paz se vio interrumpido por una escena inesperada. Un avión de gran porte comenzó a descender sobre el lago San Roque, en una maniobra que para los espectadores parecía el preludio de una tragedia.
Desde los balcones, las playas y las lanchas, vecinos y turistas comenzaron a grabar con sus celulares, sin saber que se trataba del Boeing 737 Fireliner, el avión cisterna más grande de Latinoamérica, que realizaba prácticas coordinadas por la Dirección Provincial de Aeronáutica (DPA) y el Gobierno de Santiago del Estero como parte de un operativo conjunto de entrenamiento contra incendios forestales.
El video, que rápidamente se volvió viral, muestra los segundos de tensión y desconcierto mientras el avión se acercaba al espejo del lago para ejecutar una descarga de agua. Las voces de fondo revelan la confusión generalizada:
“¡Más al lago, muchachos, no, no, no, no!”, grita uno.
“¡No, no, no va a aterrizar en el lago!”, responde otro.
“¡Por Dios, no te puedo creer esto, no es real, por favor que salga todo bien!”, se escucha entre la mezcla de susto y expectativa.
“¡Va a volver a levantar, va con el motor!”, dice una voz tratando de calmar.
“¡Está largando combustible!”, exclama otro, mientras una chica pregunta con pánico: “¿Dónde aterriza?”.
“¡No te puedo creer!”, repite una y otra vez uno de los testigos, hasta que el avión descarga agua sobre el lago.
“¡Está tirando productos en el lago, está tirando productos en el lago!”, agrega alguien más.
“¡No dejen de filmar!”, grita otro, entre asombro y nervios.
Lo que en realidad arrojaba el avión era agua, parte de la práctica que forma parte del protocolo interprovincial de respuesta aérea ante incendios forestales.
La aeronave, con capacidad para transportar 15.000 litros, venía de intervenir en el incendio de Guasapampa, y durante la jornada realizó varias maniobras controladas sobre el lago San Roque, con apoyo del DUAR y del Plan Provincial de Manejo del Fuego.
Horas más tarde, cuando se difundió la explicación oficial, el video pasó de ser un registro de susto a una escena cómica. La secuencia, grabada en tono desesperado, se transformó en una especie de crónica involuntaria de confusión colectiva, que retrata con frescura la curiosidad y la sorpresa del público frente a un operativo inusual.
Desde el Gobierno de Córdoba informaron que el entrenamiento tuvo como objetivo fortalecer la cooperación interprovincial y mejorar los tiempos de respuesta en emergencias de gran escala.
Mientras tanto, el video sigue circulando entre grupos locales y redes sociales, acompañado de risas y frases que ya quedaron en el repertorio popular de los carlospacenses.
