Las exministras de Podemos rehúyen la foto con IU en la campaña extremeña pese a ir en coalición

No habrá imagen de la unidad de la izquierda que no es el PSOE en la campaña electoral de Extremadura. Al menos, de los dirigentes no a nivel nacional. El adelanto electoral anunciado por María Guardiola llevó a que la cúpula de Podemos aceptara dar continuidad a Unidas por Extremadura, una alianza con Izquierda Unida que han venido rechazando en otros territorios como Andalucía y que rompe la estrategia diseñada por la dirección nacional. El escenario extremeño se convierte así en una excepción, pero las principales dirigentes moradas, las exministras Irene Montero y Ione Belarra, evitarán proyectar un acercamiento con IU, un partido que está en ese mismo Gobierno al que los morados hacen oposición.

Podemos justificaba hasta hace poco su rechazo a ir en coalición en Andalucía en el hecho de que IU estuviera dentro del «Gobierno de la guerra», llegando a reclamar su salida del Consejo de Ministros como condición para el entendimiento. Argumentaban los morados que era «incoherente» compartir actos de campaña con ministros o dirigentes de un partido que forma parte del mismo Ejecutivo al que se esfuerzan en criticar.

En las últimas semanas, Podemos ha tenido que reconvenir su discurso y adaptarlo a la excepción extremeña, asegurando ahora que el requisito para llegar a coaliciones es la exclusión de Sumar, el partido de Yolanda Díaz, a quien acusan de ser una «operación del PSOE» creada para acabar con ellos.

Y pese a que han girado sobre las condiciones que alegan para llegar a acuerdos, sí subsiste en la organización el planteamiento de fondo, el de evitar la imagen de unidad. Y es que a día de hoy la plana mayor de Podemos admite sus reticencias a la hora de compartir escenario con las caras más visibles de Izquierda Unida, tanto la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, como su coordinador federal, Antonio Maíllo. Así, aunque las dos fuerzas se dan la mano en el territorio, la cúpula se niega a visibilizar esa alianza a través de sus máximos dirigentes nacionales.

No es la primera vez que Podemos se niega a esa foto de la unidad. Uno de los episodios más sonados en este sentido fue el plantón de última hora que dio la exministra Irene Montero al coordinador federal de IU, Maíllo. Ambos tenían prevista su presencia en un acto de homenaje a Julio Anguita, pero pocos minutos antes de comenzar, la candidata de Podemos a las generales emitió un vídeo anunciando su ausencia -que no llegó a justificar- y volvió a lanzar un reproche a IU por el debate del gasto militar. Y lo hizo precisamente parafraseando al dirigente histórico de IU fallecido: «Julio Anguita nos pidió muchas veces que pensásemos en las dos orillas. Hoy esas dos orillas son la guerra y la paz».

Es previsible que la cúpula estatal de Podemos tenga una presencia reducida durante la campaña extremeña, en una federación que siempre ha reivindicado su «autonomía» respecto a la hoja de ruta nacional. Una estrategia que precisamente le permitió a su candidata, Irene de Miguel, forjar su liderazgo más allá de las cuitas internas de Madrid y convertirse en la líder autonómica más duradera en la organización -lleva una década en sus filas-. Esto ha sido trascendental a la hora de dar continuidad a Unidas por Extremadura, la única coalición que por ahora ha cerrado Podemos, ante el elevado riesgo de escisión de la federación extremeña.

El caso extremeño rompe las coordenadas que Podemos había fijado en los últimos meses, en las que pedía que el nombre del partido estuviera presente en el nombre electoral y que no estuviera formado por ningún partido que formase parte del Gobierno central. Sí ha sido clave para este acuerdo el hecho de que la lista estuviera encabezada por una dirigente de Podemos, Irene de Miguel.

Mientras han aceptado el acuerdo de Unidas por Extremadura, la dirección nacional de Podemos sigue negándose a dar continuidad a la coalición Por Andalucía. La negativa a negociar de Ione Belarra llevó a que IU cerrase un pacto con Sumar y a que es iniciara el proceso de primarias, con Ernesto Alba como principal candidato. En la formación morada están impulsando como candidato a la Junta de Andalucía al ex guardia civil Juan Antonio Delgado, que ya intentó ser candidato en las autonómicas de 2022, cuando finalmente se impuso Inma Nieto. En esta ocasión, Podemos quiere asegurar que sea su candidato en las próximas elecciones, previstas en junio. Y el hecho de quién encabece la candidatura puede ser determinante para la unidad.

La cúpula nacional de Podemos rechaza en privado formar parte de Por Andalucía bajo el pretexto de que está Sumar. Sin embargo, plantea la posibilidad de construir una coalición diferente y ajena a Yolanda Díaz, dejando la posibilidad de ‘tentar’ a Izquierda Unida con una propuesta de última hora encabezada por el candidato morado, que fue diputado en el Congreso y tiene cierta proyección nacional. En IU, que lleva meses volcado en reeditar la marca Por Andalucía, rechazan esta opción.

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