Lo que debía ser un descanso entre amigos terminó convertido en una pesadilla. Cuatro jóvenes que viajaron desde Santo Tomé, Santa Fe, para disfrutar unos días en San Antonio de Arredondo, sufrieron un violento hecho de inseguridad durante su primera noche en la localidad: les robaron tres motos, una fue incendiada y las otras dos aparecieron completamente destruidas en un descampado.
El episodio ocurrió en una vivienda ubicada en Malvinas Argentinas 850, donde el grupo se había instalado pocas horas antes. “Llegamos ayer, entre la 1 y las 2 de la tarde. Fuimos a comer, volvimos, lavamos las motos y nos quedamos en la casa”, relató Lionel, uno de los damnificados, en diálogo con Carlos Paz Vivo!.
Todo transcurrió mientras dormían. La noche ventosa, con chapas y árboles golpeando por el viento, hizo que ninguno escuchara nada. “Han pateado el portón, estaba todo doblado. Las motos tenían traba volante y seguramente las patearon o metieron un fierro por la llave para romperlas. No escuchamos nada”, contó.
Cuando se despertaron, descubrieron que las tres motos —dos Kawasaki Z400 y una Suzuki DR650— no estaban. A partir de ese momento comenzó una búsqueda desesperada. Primero encontraron la Suzuki, completamente incendiada en una calle de la costanera. “Una moto con 15 litros de nafta prendida fuego en plena calle, y nadie vio nada… es muy raro”, señaló Lionel.
El hallazgo de las otras dos llegó horas después, siguiendo a pie la huella que dejaron los neumáticos. “La pista nos llevó hasta un basural cerca de Mayu Sumaj. De ahí seguimos un sendero unos 400 metros y encontramos un bidón blanco. Bajamos por la barranca y ahí estaban: tapadas con yuyos, destruidas. Solo se veía la punta del escape”, describió.
Las dos motos estaban totalmente vandalizadas. “La instalación eléctrica cortada, las mangueras arrancadas, golpes en el motor, el manillar y la suspensión destruidos, todas las cachas rotas. No sirven más”, agregó.
La frustración del grupo se incrementó por la respuesta policial. “La Policía vino, tomó declaración, pero no querían pasarlo como robo porque dicen que no hubo violencia. ¿Cómo que no? Si rompieron cerraduras, forzaron traba volante… eso es violencia sobre el bien”, subrayó. También denunciaron falta de acompañamiento: “Nos dijeron que no podían tomar huellas porque en las motos no queda nada, que solo sirven las de vidrio. No te sentís acompañado por nadie”.
Lionel sostiene que el hecho golpeó no solo su economía, sino también el propósito del viaje. “Nos cagó las vacaciones, el esfuerzo de toda una vida de ahorrar para comprarte una moto. Uno de mis amigos estaba pagando la suya todavía. Te arruinan”, expresó con angustia.