El Real Madrid es preso de sus futbolistas. Perezosos y con el estómago lleno de gloria, llevan un par de temporada eligiendo los partidos en los que correr. Se comprometieron para ganar al Barcelona después de un año de tropiezos y también se remangaron para ganar en San Mamés y salvar el expediente a Xabi Alonso. Pero el Celta no tiene el glamour ni el atractivo, además de ser un equipo muy buen trabajado. Los de Giráldez reabren con su victoria las sospechas sobre este Madrid de Xabi que no sabe a lo juega ni juega a lo que sabe.
Regresaba el Real Madrid al Bernabéu seis partidos después, tras el celebrado triunfo de los Dolphins, en una vuelta que abría el dilema de si Xabi apostaría por un Madrid propositivo o por uno ‘ancelottizado’ como el de San Mamés. Armó, con balón, con tres atrás empujando al carril a Valverde y Fran García, mientras Arda y Bellingham hilaban por dentro con Vinícius y Mbappé. Suerte de 3-5-2 en ataque que en defensa quería ser 4-4-2 con Asencio atrás a la derecha y una presión gaseosa nada convincente. Giráldez defendía con un 5-4-1 que atacando era un 3-4-3 con Durán y Zaragoza junto a Borja Iglesias, pero todo lo hacían con más intención y naturalidad.
Lesión de Militao
Amenazó un Celta mejor aposentado con Zaragoza y Durán en los espacios, donde en un sprint con Militao vio a este caer roto a los 20 minutos. Antes Radu había salvado un testarazo de Bellingham. El ambiente era frío, el partido confuso y regresaba la pereza al despliegue madridista. Una versión desfigurada, con Arda y Bellingham frustrados y Kylian y Vinícius desconectados. Poco movimiento sin balón, nula fluidez y ni rastro de verticalidad. Nada que ver con Bilbao. Fútbol al trote y al pie. Arda dispuso de dos ocasiones y Vinícius de otra en el único pase al espacio. Los vigueses amagaron y solo disfrutaron de una oportunidad del maltrecho Durán a la espalda de Carreras. Pitos al descanso.
Vinicius y Javi Rodriguez pugnan por una pelota en el partido entre el Real Madrid y el Celta / Manu Fernandez / AP
Doblete de Williot y tres rojas al Madrid
Arrancó el Madrid efervescente, con un disparo de Valverde. Pero siguió con esa indolencia defensiva bochornosa que terminó por aprovechar el Celta rompiendo líneas con extremada facilidad hasta adelantarse con un remate de tacón de Williot a pase de Zaragoza a los 54 minutos. Partido cuesta arriba y Xabi se encomendó a Rodrygo, 31 partidos sin marcar.
Los de Giráldez hicieron ancho el Bernabéu y comenzaron a tocar, convirtiendo el dominio en una baile. Borja Iglesias ofreció una exhibición de cómo aguantar la pelota y Fran García se disparó en el pie con dos amarillas en dos minutos. Goteaban los minutos y los de Xabi se subieron al caos para buscar el empate. Apretaron y mordieron más con diez, pero ni Mbappé pudo rescatar a. Madrid. Más allá de eso, el partido terminó con rojas a Carreras y a Endrick, en el banquillo, y otro gol de Williot en el que entró andando en la portería de Courtois. Un escándalo que pobló de pañuelos y pitos el Bernabéu.
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