Esta tarde, en Villa Allende, un nuevo intento por remover el quebracho blanco centenario derivó en serios enfrentamientos entre vecinos ambientalistas y efectivos policiales. El árbol, de más de 280 años, se encuentra en el trazado de una obra de ensanche vial, y su extracción ha sido resistida por la comunidad desde hace semanas.
Durante el operativo, una grúa de gran porte avanzó hacia el árbol con el objetivo de retirarlo, mientras personal de infantería rodeaba la zona para garantizar el despliegue. Manifestantes que acampan desde hace casi un mes se interpusieron físicamente y formaron una cadena humana para impedir la maniobra. La respuesta policial incluyó empujones, forcejeos, escudos y la detención de al menos una persona.
El procedimiento fue suspendido tras el corte de una de las raíces principales del árbol. Aunque la maquinaria logró acercarse a pocos metros del quebracho, la resistencia de sus raíces y la presión de los vecinos obligaron a pausar el traslado.
Desde el municipio, el intendente Pablo Cornet había advertido que si no se conseguía el traslado efectivo, se analizaría la posibilidad de talarlo. La decisión de continuar o no con el operativo dependerá de los próximos días.
El conflicto se arrastra desde hace meses. Vecinos, organizaciones ambientales y referentes sociales aseguran que el quebracho —único en su tipo en la zona— tiene valor histórico, ecológico y cultural. Sostienen que su remoción equivale a una pérdida irreversible. Reclaman que se modifique el trazado de la obra vial, lo que permitiría conservar el árbol sin frenar el avance urbano.
Del otro lado, la empresa vial y las autoridades municipales sostienen que el ensanche es necesario por motivos de seguridad y tránsito. Aseguran que se realizaron estudios técnicos y que el árbol puede ser trasladado de forma controlada, aunque varias empresas se negaron a intervenir por considerar inviable el procedimiento.
El conflicto ya tuvo otros episodios de tensión. La semana pasada fue detenida una periodista y militante ambiental que documentaba la protesta. El hecho generó un fuerte repudio en redes sociales y medios locales.
El acampe continúa y no se descartan nuevas movilizaciones en los próximos días. La comunidad convoca a actividades culturales y jornadas solidarias bajo el quebracho, convertido hoy en símbolo de resistencia.