Un ataque con cuchillos en dos actos en Vigo

Una mujer tendida en el suelo y sangrando abundantemente por el costado izquierdo y por la cabeza. Fue lo que se encontraron los dos policías nacionales de la primera patrulla que a última hora de la tarde del pasado 15 de junio, un domingo, fue alertada de que en Camiño Eixón (Vigo), en una zona de chabolas pegada a la carretera Clara Campoamor, «un varón estaba agrediendo a una mujer con armas blancas». Cuando llegaron allí, a un poblado «cercado con colchones y somieres» según detalla el atestado policial, se toparon a la víctima en estado grave: no podía articular palabra. Pero de quien no había rastro era del autor de los hechos. Mientras esperaban a la ambulancia y a los refuerzos policiales, uno de los agentes observó que uno de esos somieres que rodeaban la finca estaba «desplazado». Se adentró por ese hueco, que lo llevó a un camino frondoso, repleto de maleza de hasta un metro de altura. Allí fue sorprendido por el agresor, que intentó acuchillarlo con dos armas distintas. El chaleco antibalas y la defensa extraíble le salvaron la vida y permitieron que la peligrosa intervención concluyese con la detención del atacante.

Estos hechos ocurridos hace mes y medio han dado lugar a dos causas judiciales distintas. José Manuel de Jesús Pereira, ‘Lalo’, de 56 años, está imputado en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Vigo, que lo envió a prisión provisional, por el ataque a su exesposa. Dos décadas atrás, en 2002, ya había matado con una escopeta recortada al hermano de la mujer, y bastantes años antes, en 1985, había protagonizado otro homicidio al acabar con la vida de otro varón a golpes y navajazos. Y el intento de apuñalamiento al policía se dirime en un juzgado de Instrucción ordinario al no ser competencia del de violencia machista. El sindicato policial JUPOL, al que está afiliado este efectivo, está personado en el procedimiento como acusación particular

Entre la abundante maleza

Tras un primer atestado policial realizado en junio justamente tras los hechos, los agentes de la comisaría que investigan los acontecimientos de Camiño Eixón entregaron este pasado julio un informe ampliatorio que, entre otros testimonios, plasma el prestado por el policía atacado, al que se le ha diagnosticado trastorno por estrés postraumático.

El agresor, que ya tiene dos homicidios a sus espaldas, acuchilló a su expareja tras forzar la entrada de su vivienda

Huyó y atacó al agente que fue tras él en un camino frondoso: dos puñaladas quedaron marcadas en el chaleco

El relato de este efectivo policial recoge lo sucedido después de que ‘Lalo’ emprendiese la fuga tras apuñalar a su exmujer, a la que atacó en su casa tras forzar la entrada con una «pata de cabra». El policía que lo buscaba se adentró por un camino y, en un momento dado, se encontró con una mochila en el suelo. Se disponía a cogerla, en una zona con alta maleza, cuando el agresor salió de un lateral del camino y lo sorprendió. «Sin mediar palabra alguna», declaró a sus compañeros, el atacante, armado con un cuchillo unido artesanalmente a un palo de madera, se dirigió a él, llegando a impactar el arma en la parte delantera de su chaleco protector.

El intento de homicidio del domingo ocurrió en Camiño Eixón, misma zona en la que fue el crimen de 2002. / FdV

De frente al policía, prosigue el relato de este agente, ‘Lalo’ intentó clavarle el arma en el pecho dos veces más, si bien logró zafarse. Después dirigió la cuchillada a su cabeza, pero también la repelió gracias a la defensa extraible que portaba. A continuación, el agresor habría dirigido el cuchillo hacia el costado izquierdo del policía, «llegando a causarle una pequeña grieta en el chaleco».

El enfrentamiento no cesaba y en un momento dado el agente logró que el hoy investigado soltase el arma artesanal, pero a continuación ‘Lalo’ cogió de la parte posterior de su cintura otro arma blanca «de unos 15 centímetros de hoja». El policía se abalanzó sobre él para tratar de frenarlo, cayendo ambos al suelo y produciéndose un forcejeo en el que el agente tuvo que repeler más intentos de apuñalamiento dirigidos a él. Finalmente pudo detenerlo y engrilletarlo. Además de la mujer apuñalada, el agente también necesitó ser hospitalizado al sufrir una fuerte crisis de ansiedad por la situación de peligro vivida.

Una mochila con armas

Dos días después de esos hechos, familiares de la mujer apuñalada encontraron en la zona una mochila con armas blancas en su interior perteneciente supuestamente al detenido, que fue recogida por unos agentes que acudieron hasta el punto tras ser avisados del hallazgo. Un familiar de la exmujer del investigado declaró en sede policial que José Manuel, «una persona fría y calculadora», solía llevar armas blancas «escondidas entre la ropa», muchas de ellas «modificadas»: las describió como «metales largos que afila en la punta» o cuchillos que ataba con cuerdas «a un palo largo».

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