El ministro recibió un «waiver» del Fondo por la falta de acumulación de reservas. Además, debió consensuar qué hará con el control de capitales.
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El FMI convalidó mantener el cepo al dólar para empresas hasta que se recompongan las reservas.
Imagen creada con inteligencia artificial
Paciencia en el empresariado. Sin hacer grandes declaraciones, el Fondo Monetario Internacional (FMI) respaldó el último viernes la decisión del Gobierno de mantener las restricciones cambiarias que impactan principalmente en las empresas y permitió una postergación en su levantamiento.
Por lo bajo y de forma elíptica, el organismo internacional subrayó en su Staff Report que este proceso de habilitar a las compañías el acceso al mercado cambiario debe avanzar de forma gradual, «ajustándose a las condiciones económicas vigentes, para evitar riesgos de inestabilidad en el mercado de divisas».
El momento no es el mejor para las arcas del BCRA y la demanda en el mercado. En junio, las adquisiciones de dólares sin propósitos específicos por parte de personas físicas alcanzaron un volumen significativo de alrededor de u$s2.416 millones, impulsado por la estabilidad en el precio de la moneda extranjera y la relajación de controles para compras de ahorro. Esta cifra contrasta con el promedio mensual de u$s170 millones durante 2024, cuando había límites estrictos por individuo bajo el régimen de restricciones. Desde abril, con la eliminación de barreras para transacciones minoristas y con el permiso para las entidades financieras de ofrecer divisas a clientes con mínimas limitaciones, la demanda de dólares se aceleró.
Las compras en abril rondaron los u$s2.077 millones, en mayo los u$s2.283 millones y en junio la mencionada cantidad, niveles comparables al promedio de 2017 tras la eliminación de controles en ese período, aunque inferiores a los picos posteriores que llevaron a reimplantar restricciones.
Un Banco Central más activo para comprar dólares en la plaza
Así, el FMI parece haber hecho los números. Es decir que la recomendación de mantener el cepo a empresas forma parte de la aprobación de la primera revisión del acuerdo con el país, que incluyó un desembolso inmediato de u$s2.000 millones destinados a reforzar las reservas del Banco Central. Según trascendió en el Palacio de Hacienda, el apoyo del FMI busca consolidar la capacidad del Ejecutivo para cumplir con obligaciones externas, mientras se prioriza un enfoque cauteloso en la gestión cambiaria. En este contexto, el propio FMI ajustó a la baja las metas de acumulación de reservas para el próximo año, brindando mayor flexibilidad al Gobierno. Esta modificación permite enfocarse en la estabilización antes de proceder a una apertura más amplia en el acceso a divisas.
El organismo también destaca la importancia de un control prudente sobre el tipo de cambio y las tasas de interés y recomienda adquisiciones programadas de monedas extranjeras por parte del Banco Central. Estas acciones buscan fortalecer las posiciones externas de manera predecible. Adicionalmente, se propone elevar temporalmente el ritmo de las subastas de deuda pública para optimizar la liquidez en el corto plazo. Esta iniciativa ayudaría a mitigar presiones sobre las tasas y el dólar, particularmente en momentos de mayor incertidumbre política.
Colocaciones de deuda y la predisposición a vender en el techo de la banda
El FMI enfatizó que un calendario previsible de compra de divisas por parte del BCRA es crucial para reforzar la confianza del mercado y evitar una dependencia excesiva de intervenciones defensivas. Recientemente, el secretario Pablo Quirno defendió con vehemencia esta estrategia y asegurando que el Central está listo para intervenir si el dólar oficial alcanza el techo de $1.450, pero enfatizó que las medidas para absorber pesos son suficientes para neutralizar las presiones antes de que impacten. En una comunicación reciente, Quirno afirmó que “los pesos sobran y la confianza en el mercado es clave”, al justificar la suba de tasas al 65% y el aumento de los encajes al 40% como herramientas para “anclar expectativas y evitar sobresaltos”.
Sin embargo, sus declaraciones generaron escepticismo, con críticas que lo acusan de improvisación. Estas afirmaciones reflejan la tensión entre la retórica oficial y un mercado que, en períodos preelectorales, ha demostrado una notable destreza para sortear restricciones cambiarias, como en 2019 y 2021, cuando la incertidumbre electoral amplificó la presión sobre los dólares financieros, desafiando incluso las defensas más robustas. Como se mencionó en columnas anteriores, un pilar clave de esta “Cúpula de Quirno” es la suba de los encajes bancarios al 40%, que actúa como un escudo, inmovilizando el 40% de los depósitos en el BCRA sin remuneración y restringiendo la capacidad de los bancos para prestar o invertir en pesos.