Una reconocida empresa de galletitas enfrenta una crisis por atraso de salarios

San Juan. La fábrica que produce las galletitas Tía Maruca en el departamento de Albardón, San Juan, enfrenta una situación de reclamos por parte de sus casi 300 empleados debido a retrasos en el pago de salarios. Se trata de la firma Dilexis, encargada de la producción y distribución de estos productos alimenticios para todo el país.
Este escenario se inscribe en un contexto donde otras compañías del rubro también atraviesan inconvenientes financieros e incertidumbre laboral. Según trascendió, la tensión surgió debido a demoras en la percepción de salarios, sumando preocupación en el sector industrial de la región.
La firma Dilexis también cuenta con un centro de logística en Luján, localidad de la provincia de Buenos Aires, encargado de canalizar la distribución. La base sanjuanina se consolidó como el núcleo productivo de la marca dentro de la industria nacional, bajo un esquema de trabajo en tres turnos. El funcionamiento de esta planta permitió sostener una operación que, de acuerdo con los relatos de sus empleados, enfrentó limitaciones en el último semestre. Desde sus inicios, la fábrica apoyó la generación de empleo en la zona y sostuvo el envío de productos alimenticios a diferentes puntos del país.
El conflicto surgió cuando trabajadores de la planta denunciaron públicamente “…incumplimientos en los plazos de cobro”, generando inquietudes entre las familias y entre aquellos que dependen económicamente de la actividad de la fábrica. Los empleados, preocupados por la estabilidad financiera de la empresa, alertaron sobre la posibilidad de que las demoras persistieran durante varios meses. Según fuentes del sector, la situación puso en alerta a sindicatos y autoridades provinciales, ya que otras compañías del rubro también evidenciaron inconvenientes para afrontar los pagos, e incluso estudiaron distintos mecanismos para evitar cesantías o recortes.
Consultado por el medio sanjuanino Zonda Diario, Pablo Tamburo, CEO de Dilexis, reconoció el retraso en algunos pagos, aunque brindó precisiones sobre la magnitud de la situación. “Nos hemos atrasado, sí, pero hablamos de unos pocos días, no de meses. Y siempre lo comunicamos a los trabajadores. No debemos nada. Las horas extras se pagan, aunque en realidad no hay horas extra porque se trabaja en tres turnos y no los fines de semana”, expresó el empresario.
El directivo atribuyó las causas de la demora a las dificultades que enfrenta el sector de alimentos en la Argentina. “Dilexis es una pyme, no estamos ajenos a la recesión, a la baja de márgenes, ni a los problemas financieros que vive cualquier industria hoy en Argentina. Pero estamos dando batalla, y nos está yendo bien dentro de ese contexto”, remarcó Tamburo.
Al abordar las versiones que circulaban en torno a un supuesto cierre o venta de la planta, el CEO descartó esa opción y buscó llevar tranquilidad: “No estamos pensando en vender, ni en irnos. Nos tienen que sacar muertos de ahí. Esta planta está viva y creciendo. Tenemos desafíos, no problemas. Y si algún inversor quiere apostar a esto, bienvenido. Porque lo que necesitamos ahora es capital para seguir creciendo”.
 

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