Las analíticas de sangre son una de las pruebas médicas más habituales. Permiten obtener una imagen completa de la salud del paciente. Son capaces de detectar algunas enfermedades, como diabetes —que afecta a más de cinco millones de españoles—, anemia —déficit de hierro—, infecciones o problemas en el hígado en el riñón.
También son fundamentales para el control de ciertas patologías, de algunos tratamientos médicos (o si realmente están funcionando) y la detección temprana de factores de riesgo de enfermedades.
Jimena Bartolomé, responsable del laboratorio del Hospital Universitario Vithas Las Palmas, responde a las dudas más frecuentes sobre los hemogramas.
Una analítica de sangre es una herramienta fundamental en medicina que permite evaluar el estado general de salud de una persona. A través de una pequeña muestra de sangre, se pueden medir cantidad de determinadas células en sangre, proteínas, minerales, hormonas y otras sustancias que circulan por el organismo.
Estas pruebas ayudan a detectar enfermedades, controlar condiciones crónicas como la diabetes o el colesterol alto, y evaluar el funcionamiento de órganos vitales como el hígado, los riñones, el corazón o tiroides.
Sí, una analítica puede revelar alteraciones que indiquen que algo no está funcionando bien, incluso si no hay síntomas visibles. Aunque un análisis de sangre rutinario no suele detectar el cáncer directamente, sí puede mostrar valores anormales que alerten de su posible presencia, especialmente en el caso de cáncer de próstata a través del PSA. Normalmente, los marcadores tumorales se utilizan para el seguimiento de la enfermedad más que para la detección del cáncer.
En general, se recomienda realizar una analítica de sangre al menos una vez al año como parte de un chequeo médico preventivo. Esta frecuencia puede variar según la edad y el estado de salud:
- De 20 a 35 años: una vez al año.
- De 35 a 55 años: controles más frecuentes, especialmente si hay antecedentes familiares o factores de riesgo.
- A partir de los 60 años: es esencial mantener un seguimiento anual para controlar enfermedades crónicas y prevenir nuevas afecciones.
- Durante el embarazo: se recomienda una analítica cada trimestre
Existen más de 4.000 pruebas analíticas disponibles cada una con una finalidad diferente. A continuación cito algunas de las más comunes:
- Hemograma completo: mide glóbulos rojos, blancos, plaquetas, hemoglobina y hematocrito.
- Panel metabólico básico: analiza glucosa, calcio, electrolitos y función renal.
- Perfil lipídico: evalúa colesterol total, HDL, LDL y triglicéridos.
- Pruebas hepáticas: detectan alteraciones en el hígado.
- Marcadores tumorales: ayudan al seguimiento de esta patología y en el caso del PSA puede ayudar a su detección temprana
Los análisis de sangre deben hacerse en ayudas para evitar que se alteren los resultados / Freepik
Algunos de los valores clave incluyen:
- Glóbulos rojos: 4.2 a 6.1 millones/µL.
- Hemoglobina: 12.1 a 17.2 g/dL.
- Glóbulos blancos: 4,500 a 11,000/µL.
- Plaquetas: 150,000 a 450,000/µL.
- Glucosa en ayunas: 70 a 99 mg/dL.
- Colesterol total: menos de 200 mg/dL.
- Creatinina: 0.59 a 1.35 mg/dL. Estos valores pueden variar ligeramente según el laboratorio y deben interpretarse siempre por un profesional médico
Depende del tipo de prueba. En general:
- Glucosa y perfil lipídico: 8 a 12 horas de ayuno.
- Hemograma: no requiere ayuno, aunque se recomienda 4 horas.
- Hierro sérico: puede requerir 8 horas. Es importante seguir las indicaciones del médico o del laboratorio para cada caso específico
Se recomienda evitar alimentos grasos, muy condimentados o ricos en azúcares, ya que pueden alterar los niveles de colesterol, triglicéridos y glucosa. Lo ideal es optar por una cena ligera con verduras, frutas, pescado blanco o carnes magras. También se debe evitar el alcohol y las bebidas con cafeína.
Algunos suplementos, como la vitamina C o E, pueden interferir en los resultados de pruebas específicas. También las dietas muy altas en grasas o azúcares pueden modificar los niveles de colesterol y glucosa. Por eso, es fundamental informar al médico sobre cualquier suplemento o dieta especial que se esté siguiendo antes de realizar la analítica.