Inspección de Trabajo comienza a visitar escuelas para sancionar en caso de calor en las aulas

Este mes de mayo, una alumna de 1º de la ESO del IES Simarro de Xàtiva se desmayó y otro sufrió un golpe de calor en mitad de una clase. No fueron los únicos; en una semana el 112 tuvo que atender a cuatro niños y niñas de ese centro escolar por desmayos o golpes de calor. Uno necesitó reanimación.

«A partir de mediados de abril el calor es insufrible en el patio. Los niños tienen que ir con protector solar para no quemarse». El hijo de María tiene 11 años y va a un colegio nuevo de Ruzafa. De abril a septiembre estudia a más de 30 grados, en su patio no hay prácticamente sombras y sólo le dejan llevarse un abanico.

Hay ejemplos así por todo el territorio. Desde abril hasta septiembre las aulas son hornos. Por eso el sindicato UGT, cansado de la «inacción de Conselleria» ha comenzado a denunciarlo a Inspección de Trabajo, que este jueves 11 de septiembre visitó el Ceip Fernando de los Ríos en Burjassot y constató temperaturas de 30 grados o más en prácticamente todas las aulas del centro.

«Las granjas de pollos tienen aire acondicionado»

«Hasta las granjas de pollos tienen aire acondicionado. Pero los chiquillos en las aulas no«. Kilian Cuerda es sindicalista de UGT y explica que las escuelas son el único edificio público que sigue sin aire acondicionado. Según la ley de Prevención de Riesgos Laborales, todos los centros de trabajo deben tener temperaturas que oscilen entre los 17 y los 27 º, pero en las escuelas e institutos esto rara vez se cumple. Y se está agravando por el cambio climático. «Entre mayo y junio el calor es tremendo. He trabajado en centros donde ni con abanico se podía estar», explica.

El ampa del IES de María ya no sabe que hacer y están indignados. «Algunos profesores han llegado a llevar ventiladores y los padres hemos planteado incluso comprar aires acondicionados tipo pingüino para las aulas, pero no nos lo han permitido y tampoco nos dan ninguna solución», lamentan.

Esto, según apunta Cuerda, también es muy común en muchos centros escolares. «Conselleria no tiene protocolos definidos. Algunos profesores nos decían que si daban clase a más de 30 grados la solución era sacarlos fuera, lo cual no tiene sentido porque hacía 35. Vemos cómo padres o incluso profesores acaban llevándose sus propios ventiladores para intentar paliar un poco esto», cuenta.

36 grados en septiembre

El problema del calor en las aulas se hace más acuciante cada año por el aumento de temperaturas en el mes de septiembre y abril. Esta semana es un buen ejemplo de ello, pues la Comunitat Valenciana registrará temperaturas de hasta 36 grados, según la Agencia Estatal de Meteorología.

Diversos estudios científicos revelan que el calor extremo afecta de manera significativa al rendimiento académico del alumnado. Según el National Center on School Infrastructure, en los exámenes que se llevan a cabo a 32 grados o más, hay una caída del rendimiento del 13 % en comparación con aquellos con temperaturas idóneas (24º), disminuyendo así las probabilidades de aprobar y graduarse a tiempo.

La situación afecta también, y mucho, a los patios, que por lo general no tienen demasiadas sombras ni están preparados para estas temperaturas. El colegio de María, a pesar de ser nuevo, es un buen ejemplo de ello. «Los chicos sólo buscan la sombra porque casi todo el patio es asfalto duro, y eso concentra un calor increíble. Hay varios meses donde mi hijo me dice que pasan muchísimo calor», explica.

Un gran ejemplo del camino que se debería seguir es el del Ceip Ballester Fandos de la Malvarrosa, donde las mediciones marcaron que el asfalto del patio llegaba a los 45 grados. Por eso, la cooperativa de arquitectura Fent Estudi se decidió realizar un proyecto para «renaturalizar el patio», es decir, llenarlo de plantas, árboles que den buena sombra, y más tierra y forraje. Al final, se trata en gran parte de volver a tener patios como los de antes, con muchos más elementos naturales y plantas que den sombra y fresco. Lamentablemente, proyectos como el del Ceip Ballester Fandós se cuentan con los dedos de una mano a pesar de que Conselleria asegura que quiere hacer una apuesta por ello.

Ineficiencia energética

Un problema que tienen los centros escolares y que entronca directamente con el del calor es el del mal aislamiento y poca eficiencia energética de los colegios e institutos, la gran mayoría construídos hace varias décadas.

«Tienes un montón de colegios de los años 80 que aún siguen con las ventanas de aluminio. Y eso no solo es malo para el calor, también para el frío porque el aislamiento es malísimo», explica Cuerda. Esto es algo que los nuevos centros tratan de solucionar, pero en el caso de los antiguos hay aulas, sobre todo las más cercanas al tejado, que se parecen a un invernadero.

Según explica Cuerda, de UGT, las denuncias a Inspección de Trabajo son una manera de que Conselleria de Educaición comience a tomar medidas en las aulas que están a más de 30 grados y que se han denunciado varios casos pero «podríamos denunciarlos todos de golpe porque pasa en todos los colegios».

Así, el sindicato reivindica ante Conselleria «un plan de climatización real para los centros educativos con inversiones en aislamiento, ventilación y sistemas de refrigeracion sostenibles». Por otro lado pide mejores protocolos de actuación inmediata que permitan «ajustar horarios, flexibilizar actividades y garantizar espacios seguros en episodios de calor extrema». Y finalmente reclaman «el reconocimiento del riesgo laboral que supone la exposición a temperaturas elevadas para personal de la enseñanza pública».

«No es aceptable que en los meses de más calor se repita la misma situación sin que la administración asuma su responsabilidad. La falta de planificación e inacción de la Conselleria pone en riesgo a toda la comunidad educativa y evidencia un menosprecio para los niños y niñas valencianos y los docentes en las aulas», reivindica UGT.

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