La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) redujo sus previsiones para la Argentina y estimó un menor crecimiento acompañado de una mayor inflación. El organismo internacional espera que la economía local registre una expansión de 4,5 por ciento en 2025, lo que representa una merma de siete décimas frente al cálculo anterior, mientras que la suba de precios llegaría a 39,8 por ciento, es decir, 3,2 puntos por encima de lo anticipado en junio.
El ajuste refleja un deterioro en las expectativas respecto de lo que se proyectaba a mediados de año, cuando se preveía una expansión de 5,2 por ciento y una variación de precios de 36,6 por ciento. La corrección, tanto en el nivel de actividad como en los precios, marca un escenario de mayor fragilidad, en el medio de dos elecciones fundamentales para el gobierno y las tensiones derivadas de esa situación.
Con vistas a 2026, la OCDE proyecta que la actividad mantenga un sendero positivo con un avance de 4,3 por ciento, al tiempo que prevé una fuerte desaceleración de la inflación, que se ubicaría en 16,5 por ciento anual. La comparación con las estimaciones del Ejecutivo, incluidas en el proyecto de Presupuesto 2026, muestra un contraste evidente: la administración nacional confía en que el Producto Bruto crezca 5 por ciento y que la inflación se reduzca hasta el 10 por ciento.
En el plano global, la entidad espera una moderación del crecimiento: pasó del +3,3 por ciento en 2024 al +2,9 por ciento en 2026, afectado por el impacto de mayores aranceles, la incertidumbre política y la pérdida de dinamismo en los mercados laborales.