Bettina Gallego
‘Coach’ y experta en gestión del estrés, ‘mindfulness’, motivación y liderazgo
1. Reconectar
Esta es la fase de indagación y autoconocimiento, así que resulta esencial abordar la siguiente cuestión: ¿Por qué y para qué estamos aquí? Esta pregunta a mi entender es esencial para poder encarar nuestro día a día de una forma distinta y solventar cualquier problema que se nos presente.
La vida es una escuela: se trata de aprender, crecer, evolucionar. Todo lo que nos llega son, por un lado, las consecuencias de nuestros pensamientos, palabras y acciones. No existe la casualidad ni la suerte. La naturaleza está regida bajo la ley de causa y efecto o ley del karma. Y lo tendremos que sobrellevar del mejor modo posible porque es lo que en un momento dado en el pasado (aunque ya no nos acordemos) hemos sembrado. Y, por otro lado, lo que nos ocurra es justo lo que necesitamos para avanzar. Los retos se convierten en oportunidades de aprendizaje. Si queremos que una situación varíe debemos de cambiar primero la manera de pensar, hablar y actuar. El exterior es un fiel reflejo de nuestro interior. «Si quieres conocer tu pasado, entonces mira tu presente que es el resultado. Si pretendes conocer tu futuro, mira tu presente que es la causa».
2. Inspirarse
Observar tu nivel de energía, tanto a la hora de mantener una alimentación saludable, como de realizar ejercicio diario, respirar adecuadamente, volver una y otra vez a la naturaleza, aumentar el estado de alerta y practicar mindfulness. El poder de la meditación con múltiples beneficios para el cuerpo y la mente, para concentrarse, mejorar tu rendimiento, permanecer en el ojo del huracán, mantenerse proactivo, entrenar nuevos hábitos y crear tu realidad.
3. Enfocar
Preparar visualmente hacia dónde te diriges, tu visión, ¿cuál es el próximo capítulo de tu vida? Define tu misión, tu “para qué” y los valores que te acompañan. ¿Cuáles son tus prioridades, a qué le dedicarás tus esfuerzos, energía y tiempo? ¿Qué actividades dejarás de hacer para poder dirigir tu atención hacia lo importante?
4. Equilibrar
Desarrollarnos en los diferentes ámbitos —profesional, familiar/social, personal, lo que incluye la salud física, mental/emocional y espiritual— es fundamental. ¿Qué experiencias aún quieres vivir y cómo te planteas crecer en cada área? Es importante realizar una revisión anual para expandir tus metas, ¡deberían darte algo de vértigo e ilusionarte mucho!
5. Innovar
La idea es enfocarnos en aquello que se encuentra bajo nuestro control. El entorno tal vez no pueda modificarse, pero sí es posible observar nuestras reacciones ante las adversidades. El autoconocimiento y autoliderazgo son el punto de partida para inspirar y liderar. El liderazgo auténtico va desde dentro hacia afuera, de salir de la zona de confort e innovar.
6. Confiar
Y siempre puedes realizar este sencillo ejercicio: ¿Qué he aprendido hoy? ¿A quién he ayudado o sido útil? ¿Por qué doy gracias? Actuar y soltar: no hagas tuyos ni los éxitos ni los fracasos, hazlo lo mejor posible y luego entrégalo desapegándote del resultado. ¿Cómo sé si estoy avanzando por el buen camino? Si van apareciendo sincronicidades y tu realidad alrededor comienza a cambiar.
7. Contribuir
¿Cuál es tu versión particular del éxito? Prepara una declaración de intenciones: plan de acción con objetivos claros e hitos alcanzables. ¿Qué huella quieres dejar en el mundo? Cuanto más impacto generes en otros, mejor, porque como bien dicen… «Tener un cometido más allá de nosotros mismos nos hace alcanzar metas insospechadas». Así, para dotar de sentido tus proyectos, tu vida y descubrir tu misión, es muy importante la forma en que pones tus dones al servicio. «El reto es convertirse en un instrumento bien afinado para que la melodía del universo pueda fluir a través tuyo». La convergencia de cuatro ideas fundamentales para encontrar tu propósito:
- Lo que amas (pasiones).
- Lo que se te da bien (habilidades).
- Lo que crees que el mundo necesita.
- Aquello por lo que pueden pagarte.
8. Ser feliz
¿Cómo alcanzar la felicidad? Porque, ¿a cuál nos referimos? A la felicidad irreal, ilusoria, limitada o la real, verdadera y permanente… ¿Es posible lograr esa paz interior y por ende felicidad persiguiendo objetos materiales? ¿Después de alcanzarlos no volvemos a sentir el mismo vacío? La felicidad es tu verdadera naturaleza, no busques en el exterior, encuéntrala dentro de ti mismo.
