El invierno demográfico está provocando que en las sociedades occidentales se haya abierto un debate sobre cómo gestionar los cuidados que necesitará una población cada vez más envejecida. Y la propuesta que se está abriendo paso en varios países, entre ellos Reino Unido, Dinamarca, Finlandia y Singapur, es integrar los servicios sanitarios y sociales, para que la atención sea coordinada, la persona mayor o dependiente no tenga que llamar a varias puertas y los cuidados tengan en cuenta las necesidades globales de cada usuario.
En este contexto, también en España se han puesto en marcha iniciativas para integrar ambos servicios, dado que las ayudas que contempla la ley de dependencia están en manos de Derechos Sociales y, de forma paralela, camina la atención sanitaria. Para ello, ya se han incorporado medidas de integración sociosanitaria en la nueva Estrategia de Cuidados, en la Estrategia Nacional para afrontar la Cronicidad o en el Plan para impulsar la Atención Primaria. Y el objetivo es seguir adelante, que «lo sociosanitario se transversalice» y «forme parte de todas las políticas asistenciales», según han explicado este miércoles los secretarios de Estado de Sanidad y Derechos Sociales, Javier Padilla y María Rosa Martínez, en el X Congreso Internacional Dependencia y Calidad de Vida.
Asimismo, se ha constituido un grupo de expertos asesor en la integración, con el objetivo de «crear un marco donde todo el mundo se sienta cómodo y que en el futuro todas las políticas se construyan a partir de ahí». «Si de verdad queremos un cuidado centrado en la persona, de base y comunitario, la coordinación sociosanitaria es fundamental y así lo contemplamos en nuestro cambio de modelo”, han destacado ambos dirigentes.
Los retos pendientes
No obstante, tanto Padilla como Martínez han reconocido que en la integración sociosanitaria hay varios retos pendientes, como la existencia de un sistema de salud gestionado por 17 comunidades autónomas y, a su vez, 17 sistemas de servicios sociales. “La diferencia de potencia de los dos sistemas [dado que la parte sanitaria tiene más músculo que la social] es un reto a la hora de establecer el diálogo y de determinar hacia dónde reorientar el cuidado, que es uno, pero tiene dos dimensiones: la de la salud y la del bienestar”, han señalado.
Mesa redonda del X Congreso Dependencia y Calidad de Vida / El Periódico
Asimismo, han coincidido en que el nuevo marco de coordinación tiene que tener dos objetivos: garantizar el acceso universal y equitativo a los servicios y asegurar la equidad territorial, adaptando el modelo a las particularidades de cada territorio.
El plan catalán
En este sentido, Catalunya ya ha puesto en marcha un plan pionero para integrar la atención sociosanitaria, que se está extendiendo poco a poco a la ayuda domiciliaria, los centros de salud y las residencias de mayores. En las unidades donde ha comenzado a aplicarse, ha conseguido disminuir un 20% el riesgo de ingresar en una residencia y ha ahorrado un 2,6% del presupuesto global, según expuso este martes Jordi Amblàs, director de Atención Integrada y Cronicidad de Salut y corresponsable de Atención Integrada Social y Sanitaria (AISS) de la Generalitat, en el citado congreso.
Asimismo, en las residencias de mayores en las que han comenzado a trabajar de manera «colaborativa» los profesionales de atención primaria con el equipo gestor de los centros, se ha disminuido el 13% los ingresos hospitalarios de los residentes, estos pasan cuatro días menos al año ingresados y hay un 10% menos de polimedicación.
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