Felipe VI aprovechó este miércoles la entrega de despachos a la 63ª promoción de fiscales para lanzar un mensaje de fondo sobre la función constitucional del Ministerio Público, en un momento especialmente delicado para la institución tras la reciente dimisión de Álvaro García Ortiz como fiscal general del Estado. Sin aludir de forma directa a este tenso episodio, el Rey recordó a los nuevos fiscales que su trabajo debe estar siempre guiado por los «principios constitucionales» y por un compromiso firme con los ciudadanos y con el Estado de derecho.
En su intervención, el jefe del Estado subrayó que la labor de la Fiscalía tiene un impacto real en la sociedad y exige “gran sensibilidad», «gran prudencia, ética profesional y un hondo compromiso de servicio público”. «Creo que esto no hay que olvidarlo nunca y no es solo para los fiscales que recibís los despachos. Nos vincula a todos. Un compromiso con los ciudadanos y con el Estado de derecho que es lo que da sentido a vuestro ejercicio profesional. Mantenedlo siempre y cuidad también siempre esa vocación que os ha traído hasta aquí, hasta este día bonito», continuó. Un mensaje formulado en términos generales pero que resuena con especial fuerza cuando la credibilidad y el papel institucional del Ministerio Público han pasado a ocupar el centro del debate político y judicial.
García Ortiz dimitió después de ser condenado por el Tribunal Supremo a dos años de inhabilitación para el cargo por un delito de revelación de datos reservados en el caso del novio de Isabel Díaz Ayuso, Alberto González Amador. La mayoría del tribunal consideró que García Ortiz intervino en la filtración a la Cadena SER de un correo electrónico del abogado de González Amador a la sección de Delitos Económicos de la Fiscalía de Madrid, en el que el letrado proponía un pacto de conformidad y admitía la comisión de dos delitos fiscales. También consideran que tuvo un papel relevante en la publicación a las pocas horas de una nota informativa de la Fiscalía que recogía la existencia de ese correo y precisaba que en ella el abogado reconocía dos delitos. El Supremo no señaló ninguna prueba clara sobre la filtración del correo, porque el exfiscal general borró el contenido de su teléfono y sus ordenadores, pero en la sentencia se lee que existe «un cuadro probatorio sólido, doherente y concluyente».
Larga oposición
Felipe VI dedicó también buena parte de su discurso ante los nuevos fiscales a reconocer el esfuerzo que han realizado para alcanzar esta meta. Destacó los meses de formación, estudio y dedicación que culminan ahora con su incorporación al servicio del Estado, y puso en valor no solo los conocimientos técnicos adquiridos, sino también la responsabilidad, el criterio y los valores demostrados durante el proceso.
El Rey animó a los nuevos miembros de la carrera fiscal a afrontar el futuro con confianza, conscientes de que les esperan decisiones importantes, situaciones exigentes y proyectos relevantes. Les instó a consolidar en su trabajo diario todo lo aprendido, convencidos de que esa base será clave para desarrollar una trayectoria profesional sólida y con impacto tangible en la sociedad.
En el tramo final de su intervención, Felipe VI recordó que los logros alcanzados no son individuales y extendió su reconocimiento a las familias, seres queridos y preparadores que han acompañado a los nuevos fiscales durante años de preparación. El acto concluyó con un deseo de éxito en los nuevos destinos, nculado al beneficio que ese buen desempeño tendrá para el conjunto de la sociedad.
Suscríbete para seguir leyendo
