La foto del año del deporte costó 50 euros (comida y bebida incluidas): «Es el mejor dinero que he gastado en mi vida»

Como si fuera invencible, Tadej Pocagar entró en la Piazza del Campo de Siena magullado, ensangrentado y con el maillot arcoiris hecho jirones. Pero también en solitario y con los brazos en alto, de nuevo ganador tras reponerse de una durísima caída a 50 kilómetros de meta que puso en riesgo todas sus opciones de completar un triplete nunca antes visto en una de las clásicas más importantes del mundo del ciclismo.

Pero ahí salió el animal herido, si es que le hicieran falta incentivos a alguien que de por sí se caracteriza por una voracidad desmedida. Campeón del mundo y de todo lo que se le pone por delante, el esloveno no sólo se levantó, sino que tuvo fuerzas para volver a la cabeza de carrera junto a Tom Pidcock, a quien logró soltar de rueda en uno de los últimos tramos de sterrato. A la Via Santa Caterina, la última rampa antes de la meta, llegó ya sabiéndose el ganador y con tiempo para degustar una nueva gesta.

Y de paso, dio lugar a la que ya es una de las fotografías deportivas del año. En una de las más plazas medievales más reconocibles y majestuosas de Europa, Alen Milavec, fotógrafo personal del propio Pogacar, captó su llegada desde un punto de vista poco habitual y que dio lugar a la que a buen seguro será una de las instantáneas más preciadas del tremendo historial del canibal esloveno.

Pogacar alza los brazos en la meta de la Strade Bianche. / Alen Milavec

«Desde un bar con balcón»

Abarrotada la plaza de aficionados que le rendían pleitesía, Milavec captó el momento de espaldas a Pogacar, en una foto vertical que permitía captar toda la inmensidad de los edificios que la rodean. El esloveno alzaba los brazos, hombro al descubierto incluido tras la caída, mientras las cientas de personas que le rodeaban reconocían la última hazaña del deportista más dominador de la actualidad.

«Así nacen las leyendas. Hoy fue algo más que carreras, se trataba de deportividad y nunca rendirse. Así es como un atleta inspira a las futuras generaciones y al resto de nosotros», comienza el relato el fotógrafo en su cuenta de Instagram, antes de lanzarse a relatar la intrahistoria de su foto.

«Mi historia detrás de la foto de hoy también es interesante. Ayer, exploré la plaza principal para encontrar la mejor ubicación. Encontré un bar con balcón e hice una reserva para hoy. Fueron 50 euros y comí y bebí todo el día. Para ser honesto, fue uno de los mejores dineros que he gastado nunca«, aseguraba Milavec, que también daba «gracias a Dios» porque «Pogi está okay después de un enorme y aterrador accidente. Ahora pasamos a la siguiente carrera desafiante…».

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