Amalia Granata y Yanina Latorre fueron compañeras en el programa de radio de Marcelo Polino. Se hicieron tan amigas (la cosa con «Poli», en cambio, no terminó muy aceitada que digamos) que cada tanto quedan para verse, tomar algo y charlar de bueyes perdidos. El fin de semana, la panelista de LAM y conductora de SQP celebró su cumpleaños y una de las invitadas top, precisamente, fue la diputada santafesina.
Sin embargo, algo que sucedió en el evento llamó la atención de los periodistas que fueron testigos, se volvió noticia y esa información encadenó una «serie de sucesos desafortunados» que terminaron provocando la reacción de la legisladora provincial, quien contó un profundo drama personal que vive pero que nadie, absolutamente nadie, conocía hasta el momento.
¿Qué fue lo que sucedió exactamente? Una nota de Paparazzi -je, cuándo no- advirtió y alertó sobre una situación en la que no se detuvieron el resto de los medios: Granata fue a la fiesta, pero no «estuvo». O era lo mismo si no hubiera estado, porque casi no bailó, participó poco y nada de las charlas y encaró alguna que otra comida, pero tampoco tanto eh. Nada del otro mundo. Se la vio, y se la notó, como si estuviera abatida.
Hasta ahí, Angel de Brito no tenía nada que ver en toda esta historia. Pero desde ese momento sí, porque Angel vio la nota publicada, le despertó interés y eso lo llevó a publicarla en su cuenta de Twitter: con 3,7 millones de seguidores, el conductor de LAM multiplicó un montón de veces la visualización del artículo, que llegó hasta Amalia Granata.
En la quietud de su casa, Granata decidió contestar y, en el texto, dar a conocer una circunstancia de su vida que aún no había hecho pública. «Cuando trabajas 24 por 7, estás con la pre menopausia, tenés una hija adolescente que sale y no dormís los fines de semana y un hijo con TDHA y te haces el tiempo para ir al cumple de una amiga es lógico que esté cansada. Pero muy lejos de tener mala onda» puso ella.
Lo del nene, que se llama Roque, no se sabía. Según Wikipedia, «El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un trastorno mental que afecta la capacidad de atención, la impulsividad y la actividad. Es un trastorno del neurodesarrollo que suele diagnosticarse en la infancia, pero puede continuar hasta la adultez» y en distintos grados sus síntomas pueden ser «Dificultad para prestar atención, soñar despierto con frecuencia, distraerse fácilmente, ser olvidadizo, estar en constante movimiento, hablar demasiado, cometer errores por descuido, tener dificultad para esperar su turno y tener dificultad para llevarse bien con los demás».